Ocurrió al final del acto. Rivera, una vez descorrido el cartel de campaña, se quedó unos segundos solo en el escenario y en seguida pidió que subieran de nuevo los dirigentes que le habían acompañado durante su discurso, para componer la tradicional cadena horizontal con el brazo en el hombro del de al lado.

Subieron los primeros puestos que le siguen en la lista de Madrid (Francisco de la Torre, Marta Rivera, Miguel Gutiérrez), su jefe de gabinete, José Manuel Villegas; el coordinador del programa económico, Luis Garicano; los portavoces autonómico y municipal de C's en Madrid, Ignacio Aguado y Begoña Villacís....

Y una señora de pelo cano, que se incorporó con toda naturalidad a la fila en un puesto de excepción, echando el brazo sobre el hombro del presidente y candidato a La Moncloa.

Rivera había recordado en su discurso el origen de Ciudadanos como plataforma civil, había dicho sentirse emocionado esta mañana en el Congreso de los Diputados al ver a gente "a quien le vuelve a brillar los ojos" de ilusión tras años "desencantados" de la corrupción y los recortes.

Y la señora aceptó el reto, sin que durante unos segundos nadie le expulsara del escenario, recibiendo su cuota de aplausos de los militantes que, como en la vieja política, habían preferido quedarse aplaudiendo a sus dirigentes. El líder de C's bromeó después que, afortunadamente, no había sido un hombre que quisiera subir a pegarle.