Ese proceso de revisión profunda del sistema político, económico y social construido en 1978 será uno de los ejes de la campaña de Garzón para las próximas elecciones generales.

Quiere "una nueva Constitución hecha por el pueblo y para el pueblo", según consta en su programa. Denuncia que desde 1978 se han consolidado los "aspectos conservadores" de la norma mientras que algunas de las conquistas de la izquierda han quedado en "papel mojado".

Subraya el "agotamiento de un sistema que ha devenido ilegítimo y que funciona de espaldas al pueblo" y propone por ello el inicio de un proceso constituyente "1ue devuelva la voz y el poder a la ciudadanía".

"La III República se fundamentará en un modelo de Estado federal, defendiéndose el derecho de autodeterminación de los pueblos que conforman el Estado basado en la libre voluntad de las partes en unirse en un proyecto común, como una elección libre y democrática de los pueblos. Necesitamos un cambio político sustancial que conlleve un giro económico, social, cultural y ético radical. A tal cambio la izquierda le llama III República".

Garzón defiende un modelo de Estado federal y entre sus características dice expresamente "que todos los cargos públicos han de estar al alcance de toda la ciudadanía, que deben ser responsables y estar bajo su control, incluida la Jefatura del Estado".