Con este fin, se ha creado un grupo de trabajo específico en el que están integrados el estudio de arquitectura encargado del proyecto, representantes de la ingeniería, un verificador externo de sistemas e instalaciones energéticas, el gestor del proyecto y un representante del banco, según se especifica en la memoria de responsabilidad social.

La nueva sede contará con más de un 20% de zonas verdes y se instalarán en ella sistemas de captación y reutilización del agua de lluvia para el riego. Además, no producirá contaminación lumínica hacia el exterior y dispondrá de un sistema de recogida, almacenamiento y reciclado de residuos.

Todo esto conllevará unos ahorros superiores al 30% en los consumos de agua y de energía, junto con una disminución similar en emisiones de gases de efecto invernadero.