En un informe de seis páginas, titulado "Elecciones nacionales de Iraq 2010: Una plataforma de derechos humanos para los candidatos", HRW asegura que los comicios serán "un indicador clave" de si el país avanzará hacia una mayor estabilidad política y el respeto de los derechos humanos y se alejará de "la violencia sectaria" que ha presidido el país desde las elecciones de 2005.

El informe se centra en cinco áreas clave de problemas de derechos humanos: la exclusión electoral, la libertad de expresión abreviada, malos tratos y torturas durante la detención, la violencia contra grupos vulnerables y la difícil situación de los refugiados y los desplazados internos.

"Estas elecciones dan a los políticos la oportunidad de hacer algo a los más graves problemas de derechos de Iraq. Ellos deben hablar por fin a la tortura y la protección de las personas desplazadas, los detenidos, los periodistas, las minorías y las mujeres", comentó Joe Stork, director adjunto de HRW en Oriente Medio.

HRW subraya que, tras las elecciones parlamentarias de 2005, la violencia “ha devastado” las comunidades chiítas y sunitas en Iraq central y meridional y que, aunque han disminuido algunos actos, los grupos armados siguen persiguiendo a las minorías y la violencia contra las mujeres y las niñas sigue azotando al país.

Además, el Gobierno no tiene un plan viable para el retorno de cientos de miles de iraquíes que huyeron a países vecinos o en otras partes de Iraq debido a la violencia.

Según HRW, Iraq sigue siendo uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas, que también se enfrentan al acoso y las acciones legales por parte de funcionarios del Gobierno.

Para abordar estas cuestiones, el informe recomienda que los candidatos y los partidos políticos se comprometan a modificar las leyes para eliminar o definir mejor, en consonancia con las normas internacionales de libertad de expresión, el contenido vagas restricciones, como la prohibición de "incitación al sectarismo".

Revisar el Código Penal y el Código de Procedimiento Penal para garantizar los derechos de los detenidos y prohibir el uso de confesiones obtenidas mediante tortura; condenar públicamente la violencia contra los civiles, en particular los grupos vulnerables, como las mujeres, las minorías y los homosexuales y un plan nacional para facilitar el regreso voluntario de los desplazados internos y refugiados son otras recomendaciones de HRW.