Así lo reveló hoy la alcaldesa, Manuela Carmena, en un desayuno informativo en el que citó el ejemplo del aparcamiento disuasorio de Majadahonda, que está habitualmente casi vacío, por lo que no cumple con su función de aligerar el tráfico y la contaminación en la ciudad de Madrid y su perímetro.

Según precisaron fuentes municipales, aunque el proyecto está en estudio, se trataría de dotar a los aparcamientos de “origen” de servicios como supermercados, de forma que los usuarios dejaran el coche e hicieran la compra en el mismo sitio, antes o después de su jornada laboral, y la conexión con el centro de Madrid la hicieran en transporte público.

Otras posibilidades, no excluyentes, serían la ubicación en dichos aparcamientos, de los que se habían proyectado ocho con el anterior Gobierno municipal, de oficinas bancarias o municipales, en las cuales los usuarios pudieran realizar trámites al dejar o recoger el coche.

En materia de medio ambiente, la alcaldesa dijo también que espera que los ceniceros que se van a instalar en la ciudad para facilitar que los fumadores depositen allí las colillas estarán listos “en 15 ó 20 días”. El bando de limpieza que emitirá próximamente incluirá, añadió, un informe de las multas que se imponen por ensuciar la vía pública.

Por otra parte, aseguró haber recibido ya peticiones de universidades e institutos en relación a su polémica sugerencia de que los estudiantes contribuyeran a limpiar los residuos que dejan los botellones. Defendió que el “trabajo comunitario” es una realidad en muchas universidades del mundo y anunció que pronto el Ayuntamiento presentará un informe sobre la evolución de los botellones en Madrid.