En rueda de prensa antes de una reunión con trabajadores afectados por conflictos laborales en grandes empresas, Garzón llamó a la calma y a no legislar “en caliente” ni a tomar decisiones “con el vientre” para evitar cometer “errores pasados”. Eso significa, por ejemplo, rehuir la estrategia puesta en marcha en su día por George W. Bush “mal llamada guerra contra el terror” que condujo a “más guerras, más atentados y suspensión del derecho internacional” con el consecuente incremento de adeptos del yihadismo tanto en Oriente Medio como en Europa.

Garzón cree que la principal vía de lucha contra el terrorismo yihadista tiene que ser cortar sus vías de financiación, incluidos paraísos fiscales y abordando el papel de países aliados de Occidente, como Arabia Saudí o Turquía, por cuyo territorio pasan los camiones de petróleo procedentes de territorio controlado por ISIS.

Tampoco se puede consentir, denunció, que por ejemplo la guerrilla kurda, compuesta sobre todo por mujeres que llevan años combatiendo a ISIS sea bombardeada por Turquía con apoyo de la OTAN. Una vez que Estados Unidos ha reconocido que armó a esos yihadistas, es necesario hacer autocrítica, advirtió, y evitar que les lleguen más armas.

MANTIENE EL "NO A LA GUERRA"

Recordó que Izquierda Unida salió a la calle en 2003 para gritar “no a la guerra”, y se mostró convencido de que si en ese momento se hubiera podido convencer a un Gobierno que prefirió “desoír” el clamor de los ciudadanos probablemente no hubieran ocurrido “muchas de las desgracias” que ocurrieron después.

Considera que cualquier decisión sobre el papel de España en el combate contra ISIS debe ser tomada por el pueblo español y reclamó en todo caso pensar “con calma” y debatir sobre el fondo del asunto pero sin aprovechar “el momento de shock que vivimos como sociedad”.

Además, Garzón cree “aberrante” que la Comisión Europea ponga a los países miembros una “camisa de fuerza” para invertir recursos públicos en rescatar a los ciudadanos pero la flexibilice para que Francia pueda aumentar su gasto militar tras los atentados en París, destinado necesariamente a “matar gente”. Antes y después de los atentados, aseguró, Izquierda Unida cree que las personas tienen que estar por delante de los indicadores macroeconómicos, y considera por ello “hipócrita” el criterio de la Comisión.