Entre las historias que se esconden tras ese más de medio millón de mujeres está el de chicas jóvenes, solteras, con alto nivel educativo, que trabajan en diferentes sectores, viven en casa de sus padres y sólo buscan en el trabajo irregular obtener unos ingresos que les permitan cubrir sus gastos corrientes.

Otros perfiles los integran mujeres mayores dedicadas a labores domésticas; aquellas que tienen personas dependientes a su cargo; mujeres extranjeras, y, por último, jóvenes que ya se han independizado.

La directora del Instituto de la Mujer, Rosa Peris, explicó, en rueda de prensa, que el estudio tiene un doble objetivo: por una parte, realizar un cálculo del número de mujeres que trabajan en condiciones irregulares en España, y, por otra, comparar las características socioeconómicas de las trabajadoras en situación irregular y regular.

Respecto a la nacionalidad, el 19% de las trabajadoras del sector de empleadas del hogar son extranjeras sin contrato, mientras que sólo un 3% de las foráneas están inscritas en la Seguridad Social. En el conjunto del mercado laboral, las extranjeras sin contrato suponen el 11%.

En relación a la edad, las trabajadoras en situación irregular, y en concreto las empleadas del hogar, empiezan a trabajar a edades más tempranas que sus homólogas en situación regular. Entre el 20% y el 30% tienen menos de 25 años, frente a un 8% de las trabajadoras regularizadas que son menores de dicha edad.

Por lo que se refiere a los estudios, el 7% de las empleadas de hogar sin contrato tienen estudios superiores, frente a un 30% de las trabajadoras regularizadas. Además, las trabajadoras en situación irregular cobran al mes menos de 300 euros, mientras que las mujeres afiliadas a la Seguridad Social perciben alrededor de 900 euros mensuales.

Rosa Peris aseguró que "para la mayoría de las trabajadoras irregulares, el trabajo se entiende como un complemento a la renta familiar o como un medio para conseguir independencia económica".

"Esta diferente percepción del trabajo irregular apunta a que el conjunto de mujeres que trabajan en situación irregular no es homogéneo", concluyó la directora del Instituto de la Mujer.