Así, el Vaticano ha confirmado oficialmente que el sucesor de Sistach (Barcelona, 29 de abril de 1937) será Juan José Omella (Cretas, Teruel, 21 de abril de 1946), obispo de Calahorra y la Calzada-Logroño desde 2004. Omella tiene un marcado perfil social y su trabajo ha estado vinculado a la organización católica Manos Unidas y a la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, de la que es presidente.

Estudió en el Seminario menor de Zaragoza y luego prosiguió sus estudios con los Padres Blancos en Logroño, en Lovaina (Bélgica) y en el Escolasticado de Jerusalén. Fue ordenado sacerdote en Zaragoza el 20 de septiembre de 1970.

A partir de entonces ha desempeñado diversos cargos en la diócesis de Zaragoza y fue misionero en Zaire durante un año. También pertenece a la Congregación para los Obispos del Vaticano.

Martínez Sistach ha estado al frente de la Iglesia de Barcelona desde 2002. Fue creado cardenal en noviembre de 2007 y forma parte de diversos organismos pontificios. Entre ellos, desde junio de 2010 es miembro de la Prefectura de Asuntos Económicos de la Santa Sede. El cardenal fue uno de los obispos que representaron a la Conferencia Episcopal Española en el reciente sínodo de la familia celebrado en Roma.

SITUACIÓN CATALANA

Aunque es decisión del Papa aceptar la renuncia de los obispos cuando cumplen 75 años, quizás esta demora se deba a que Francisco estudiaba la situación catalana. En el verano de 2014 Bergoglio mostró su preocupación en una entrevista ante “toda división”, en referencia a la relación entre el gobierno de Cataluña y el de España.

En aquella entrevista, publicada por ‘La Vanguardia’ Francisco concretó: “Hay que estudiar caso por caso. Escocia, la Padania, Catalunya. Habrán casos que serán justos y casos que no serán justos, pero la secesión de una nación sin un antecedente de unidad forzosa hay que tomarla con muchas pinzas y analizarla caso por caso”.

El Vaticano también tardó tres años en sustituir al que fue arzobispo de Madrid hasta agosto de 2014, Antonio María Rouco Varela, que también por edad había presentado su renuncia al Papa tras la Jornada Mundial de la Juventud celebrada en Madrid en el verano de 2011.