El Ayuntamiento tratará de que la pieza ganadora de este concurso sea un objeto de identidad de Madrid y el primer elemento de una nueva familia de mobiliario urbano.

En la elección se tendrá en cuenta su dimensión social y su potencialidad de favorecer la cohesión e integración social, y que responda a una concepción contemporánea del espacio público y a criterios de ergonomía, homogeneidad formal y sostenibilidad ambiental y económica, en función del tipo de materiales empleados y su procesado.

Será un único modelo de banco que se adapte a distintos espacios urbanos, por lo que podrán presentarse variantes del mismo para responder a distintas demandas, de forma que se puedan modular para obtener piezas de tamaños o configuraciones diferentes, para una estancia corta o prolongada. También podrá proponerse la misma pieza con posibilidad de fabricarse con materiales diferentes y se valorará su capacidad de asociarse con otras unidades.

Se pide también que el diseño se integre en el paisaje urbano de Madrid, independientemente de la época histórica del entorno, y se valorará su capacidad de ordenar y delimitar distintas zonas en un espacio público.