Refugiados. Las organizaciones católicas ven en el “reto” de la crisis de refugiados “una oportunidad” para el desarrollo
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Las entidades de acción social de la Iglesia católica en España Cáritas, la Comisión Episcopal de Migraciones, Confer, el Sector Social de la Compañía de Jesús y Justicia y Paz han aprobado el ‘Marco Común de la Red Intraeclesial frente a la situación actual’, un documento para articular una estrategia conjunta de Iglesia ante el reto de las migraciones, basada en tres claves: hospitalidad, dignidad y derechos.
El documento ‘Marco Común de la Red Intraeclesial frente a la situación actual’ es la base para articular dicha estrategia y en esa línea el texto recoge cuatro “constataciones”: que la actual situación “no es solo una emergencia”, sino el resultado de una política “orientada exclusivamente al control de flujos”; que la situación no sólo afecta a sus protagonistas, sino a la dignidad y a los derechos de todos los migrantes; que Europa debe activar “una mirada larga” que aborde las causas de las migraciones forzadas y que es “urgente” transformar el reto en oportunidad, para el desarrollo de los pueblos.
Ante todo ello, proponen medidas concretas como trabajar por la paz en los países de origen y de tránsito, aumentar la ayuda oficial al desarrollo de los países de la UE hasta alcanzar el prometido 0,7% del PIB, que la ONU garantice la paz en zonas de conflicto y abordar “de raíz” las causas de la trata de personas.
La estrategia estatal conjunta que vienen impulsando trata de dar “una respuesta global y coordinada” a la realidad de las migraciones, “agudizada” en los últimos meses con la crisis de los refugiados. Además, es una forma de solucionar la cuestión planteada por el Papa Francisco sobre cómo abordar estas situaciones para evitar la discriminación, el racismo y la radicalización ideológica.
Las entidades pretenden “sostener públicamente un discurso común y una mirada compartida sobre el hecho migratorio en todas sus vertientes, así como la convicción sobre la necesidad de sensibilizar a las propias comunidades cristianas en la defensa de los derechos de las personas migrantes y refugiadas, en el cultivo y desarrollo de una cultura de la acogida del diferente inspirada en la hospitalidad”.
Además, valoran como “una gran oportunidad” la corriente de sensibilidad social hacia los refugiados, aunque advierten “ciertas sombras del actual horizonte político y mediático”, pues se establecen “categorías sobre las personas que se encuentran en situación de movilidad, al situar en lugar preferente los derechos de unas personas solicitantes de asilo —que proceden de un determinado conflicto o de un determinado país— ante los de otros solicitantes de asilo y los de otras personas migrantes”.
(SERVIMEDIA)
03 Nov 2015
AHP/gja