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Cataluña. Garzón (IU) rechaza ante Rajoy cualquier “teatro” que implique dividir a las clases populares

MADRID
SERVIMEDIA

El candidato de Izquierda Unida a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, rechazó este lunes ante el presidente, Mariano Rajoy, cualquier “teatro” que implique confrontar o dividir a las clases populares de Cataluña y de España, porque entiende que el problema no es entre los ciudadanos de unos territorios y otros, sino “entre ricos y pobres”.

Garzón estuvo una hora reunido con Rajoy en La Moncloa dentro de la ronda abierta por el presidente del Gobierno para abordar la situación en Cataluña a raíz del reto independentista.

La reunión fue “cordial, amable”, y no solo hablaron de Cataluña. Sin embargo, más allá de la coincidencia en que el día era lluvioso en Madrid no hubo más acuerdos. A partir de ahí, dijo Garzón con total sinceridad, todo fueron discrepancias.

Garzón insistió en que la salida a la situación en Cataluña tiene que ser dialogada y sobre la base de que son las clases populares, en cualquier territorio, sea Toledo o Tarrassa, las que están sufriendo con mayor intensidad los efectos de la crisis económica y de los recortes impuestos por las políticas neoliberales del PP o de Convergència.

No es una cuestión de “banderas” ni de territorios, dijo Garzón, sino de colaborar para resolver esos problemas comunes de las clases populares, perjudicadas por esas políticas y por la corrupción, que es también “igual de perjudicial y de ilegal” cuando está vinculada al PP que cuanto lo está a Convergència.

Garzón propone una mesa de diálogo en la que estén todos los partidos y que acuerde cómo facilitar una consulta en la que el pueblo catalán pueda pronunciarse sobre su futuro y también cómo avanzar hacia un Estado federal en el que encaje esa colaboración entre las clases populares de todos los lugares.

Rechaza el tipo de pacto que proponen el PP o Ciudadanos por entender que se trata de conformar un “bloque” contra otro, y asegura que Izquierda Unida no participará de ningún “teatro” como el que pretenden poner en marcha quienes representan a las oligarquías para dividir a las clases populares y evitar que luchen juntas por sus derechos.

REPENSAR LA CONSTITUCIÓN

Insiste en que las propuestas que barajan los grandes partidos conducen a Cataluña y al conjunto de España a un “callejón sin salida” y que la solución no puede ser judicial, sino política.

Garzón argumentó además que los diferentes gobiernos han incumplido “sistemáticamente” varios artículos de la Constitución, y que después de casi cuarenta años desde su aprobación está “madura” la posibilidad de que los pueblos de España “podamos debatir desde abajo, de forma participativa”, una nueva Carta Magna que defienda las conquistas sociales que el neoliberalismo trata de “arrasar”.

En ese sentido, llamó expresamente a los ciudadanos a no dejar que quienes se envuelven en banderas pero luego muestran un “patriotismo de pacotilla” con sus cuentas en paraísos fiscales dividan a las clases populares, que tienen que colaborar en la resolución de sus problemas comunes.

Hacer frentes en vez de propiciar esa colaboración, dijo Garzón, es “suicida”, y lo que proponen PP y Ciudadanos implica fortalecer la “fábrica de independentistas al otro lado del Ebro”.

Aunque existen diferencias, se mostró optimista al recordar que en la transición, pese a ser “incompleta” y conducir a una democracia “limitada”, se pusieron de acuerdo personas que habían sido ministros en la dictadura y otras que habían sido reprimidas por esa misma dictadura. Hay que aprender de ese proceso, según dijo.

Pese a la urgencia de los tiempos, Garzón aseguró también que el problema de Cataluña es “acumulado” y no se ha generado ahora con la presentación de la iniciativa independentista en el Parlamento. Por tanto, afirmó, hay tiempo para dialogar y negociar soluciones políticas, evitando bloques, pensando en las próximas generaciones y en términos de país, no con la vista puesta en las próximas elecciones generales.

(SERVIMEDIA)
02 Nov 2015
CLC/pai