La Fiscalía solicita a la Audiencia Nacional que condene a penas de más de 70 años de cárcel a los cuatro presuntos etarras acusados de participar en los tres intentos de asesinato contra el expresidente del Gobierno José María Aznar llevados a cabo por ETA a lo largo del año 2001 utilizando un lanzamisiles, unas acciones que no se llevaron finalmente a cabo porque falló el dispositivo de lanzamiento.

El Ministerio Público pide 72 años de cárcel para Iruretagoyena y 71 años para los otros tres procesados. Atribuye a todos ellos tres delitos de asesinato en grado de tentativa, uno de pertenencia a organización terrorista y otro de depósito de armas.

El escrito acusa a Iruretagoyena, alias ‘Suny’, de liderar desde el año 2000 un ‘talde’ del que también formarían parte los etarras Gregorio Jiménez, Pedro María Olano y Juan María Múgica. Este comando se dedicaba a labores de logística, como el traslado de explosivos.

La Fiscalía sostiene que este ‘talde’ liderado por Iruretagoyena recogió a principios del año 2001 en la localidad francesa de Guethary un lanzamisiles que entregó posteriormente a un “comando armado”.

El plan consistía en atentar contra Aznar con motivo de su visita, el 29 de abril de 2001, al Palacio Euskalduna de Bilbao, a donde acudió para participar en el acto de inicio de la campaña para las elecciones del País Vasco celebradas el 13 mayo de 2001.

ATENTADO EN EL AEROPUERTO

El segundo intento de atentado tuvo lugar a principios del mes de mayo de 2001. El ‘comando’ entregó el lanzamisiles en Oiartzun (Guipúzcoa). El dispositivo iba a ser utilizado para atentar contra Aznar aprovechando su participación, junto con otros líderes del PP, en un acto electoral celebrado en el Kursaal de San Sebastián.

El expresidente, en este segundo desplazamiento, utilizó el aeropuerto de Hondarribia (Guipúzcoa) para llegar al País Vasco.

El último intento tuvo lugar pocos días más tarde, el 11 de mayo, cuando Aznar acudió al polideportivo de Sansomendi, en Vitoria, para intervenir en el acto de clausura de la campaña electoral de los populares vascos.

Tras este último intento, el propio Iruretagoyena, como jefe del ‘talde’ de apoyo logístico, comprobó que el dispositivo de lanzamiento no funcionaba, por lo que decidió devolverlo a Francia.

Tras estas acciones frustradas, la dirección etarra consideró a Iruretagoyena y a los miembros de su ‘comando’ como quemados, por lo que huyeron a Francia.

En una operación antiterrorista llevada a cabo en Francia el 3 de octubre de 2004, la Guardia Civil encontró dos misiles Sam-7 escondidos en sendos ‘zulos’ ubicados en las localidades francesas de Urrugne y Briscous.