Para identificar los focos de contaminación y estudiar su evolución, los investigadores de la UCM analizan las imágenes nocturnas que se obtienen desde satélites y registran el brillo de cielo nocturno con cámaras y fotómetros situados en el observatorio astronómico de la Complutense y en otras estaciones de monitorización de la Comunidad de Madrid.

Esta investigación ha permitido descubrir que el halo de luz que produce la contaminación lumínica no es solo visible desde la Tierra, sino que también es detectable desde el espacio. Los investigadores demuestran también que la luz difundida se puede medir desde la Estación Espacial Internacional y abren la puerta a la creación de mapas más fiables de contaminación lumínica, a partir de imágenes de satélite, y a un estudio más preciso del impacto medioambiental de la contaminación lumínica.

En la Comunidad de Madrid la contaminación lumínica ha crecido un 50% entre los años 2000 y 2012. La capital de España tiene mucha más contaminación que otra capitales europeas, ya que para poder disfrutar de un cielo oscuro en el que poder ver la Vía Láctea hay que alejarse de la capital casi 85 kilómetros mientras que solo hay que alejarse 30 kilómetros de Berlín.

Por último, los investigadores Alejandro Sánchez de Miguel, Jaime Zamorano y Jesús Gallego manifiestan su disposición para colaborar con el Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad de Madrid para detener la degradación del patrimonio natural, histórico y cultural de la región así como ayudar a especies amenazadas como las luciérnagas o el búho real.