Sánchez hizo esta afirmación en el acto de presentación de la reforma constitucional que el PSOE aprobó este miércoles, primero en su Ejecutiva y después en la reunión del Consejo de Política Federal.

En la reunión de los líderes territoriales socialistas, en la que estuvieron todos salvo el presidente de Aragón, Javier Lambán, además de la propuesta de reforma constitucional se aprobó una declaración sobre Cataluña.

Un borrador de dicho texto, según indicaron fuentes socialistas, fue remitido en la tarde de ayer a las federaciones territoriales, si bien ha sido en la reunión de este órgano interno presidido por la andaluza Susana Díaz donde se ha ultimado tras más de hora y media de debate.

CALLEJÓN SIN SALIDA

“Circunstancias especialmente graves para España no alteran el significado profundo del acto, pero sí justifican iniciarlo de manera distinta”, indicó Sánchez en sus primeras palabras.

Añadió que la presentación de la resolución para iniciar un "proceso unilateral de independencia” es "un hecho gravísimo, irresponsable y antidemocrático”, una “provocación antidemocrática que demuestra una falta de respeto ante el veredicto de las urnas” del pasado 27-S, porque “no existe una mayoría de ciudadanos a favor de la independencia”.

“Ni Cataluña ni el conjunto de España están en un callejón sin salida. Estoy convencido de que la mayoría de ciudadanos sabrá apreciar que no estamos condenados a seguir como estamos o a vivir la solución del injustificado proceso secesionista, al margen de la Constitución y de la legalidad, con consecuencias profundas para todos”, afirmó Sánchez en su intervención.

En este sentido, acusó a los promotores de la iniciativa parlamentaria de cometer una “irresponsabilidad” por utilizar las instituciones para situar a Cataluña fuera de la legalidad. Además, ofreció su reforma constitucional como la “solución” para abordar el “injustificado proceso secesionista” existente en Cataluña. “No vamos a renunciar a la reforma de la Constitución por la amenaza de los secesionistas”, dijo.