Así se expresó Margallo durante su intervención en una sesión en Nueva York del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuya presidencia ostenta este mes España, en la que se abordó la situación entre Israel y Palestina, Siria, Líbano e Iraq.

En el debate que ha presidido el jefe de la diplomacia española se trató la situación en Siria, donde la lucha entre las fuerzas las fuerzas leales al presidente del país, Bachar Al Asad, y los terroristas del autodenominado Estado Islámico (EI) ha tomado una nueva dirección después de que Rusia decidiera a finales del mes pasado iniciar una serie de ataques aéreos contra objetivos yihadistas y otros grupos que combate el presidente sirio.

El jefe de la diplomacia española animó a la comunidad internacional a ser “más ambiciosos” al tratar el conflicto en Siria, en el que la “principal víctima” es el pueblo sirio.

Agregó que “nuestra incapacidad para no ponernos de acuerdo” lleva a cada uno de los actores internacionales a actuar por su cuenta, por lo que propuso apoyar los trabajos del enviado especial del secretario general de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, para hacer posible el envío de ayuda humanitaria, gestionar el flujo de refugiados y lograr unidad en la lucha contra el EI.

Margallo abogó por profundizar de manera coordinada contra esta lacra “más allá de lo militar”, al tiempo que afirmó que el desarrollo de un relato alternativo con el que combatir el “tratamiento mediático” que los terroristas otorgan a sus crímenes y la asunción de recursos financieros es “vital” para poner fin a la “barbarie” y al “terror” del EI.

PROTECCIÓN DE CIVILES

El ministro exhortó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a seguir trabajando en lo humanitario en la protección y el apoyo a la población siria y en el respeto a la neutralidad médica y el acceso de los profesionales sanitarios a zonas sitiadas.

Por esa razón, dijo, España trabaja con Francia y Reino Unido en una resolución que recoja el rechazo a los ataques a la población civil y que acabe con el uso de explosivos como las bombas-barril.

Margallo animó a las potencias regionales más salpicadas por el conflicto a que se impliquen en la puesta en marcha de un proceso de transición hacia un gobierno inclusivo que ostente poderes ejecutivos para impulsar cambios políticos en Siria.

Este proceso pasaría, además, por el restablecimiento de los derechos y libertades para los sirios, a la legalización de los partidos políticos y a la celebración de elecciones libres y justas.

“Siria será lo que quieran los sirios, pero los principios de integridad territorial, laicidad y el mantenimiento de estructuras administrativas para evitar errores ya conocidos son irrenunciables”, sentenció.

LÍBANO Y YEMEN

Por otra parte, sobre Líbano reclamó la unidad de los actores internacionales en aras de conseguir la estabilidad de un país que, como Egipto, Turquía, Líbano y Jordania, ha acogido “con generosidad” a aquellos refugiados que huyen de la guerra y la represión en sus lugares de origen.

Por último, Margallo alertó que los grupos terroristas se aprovechan del “vacío de poder” en Yemen, por lo que reclamó un “compromiso real” de los actores políticos en ese país para lograr un proceso de transición política y un fortalecimiento de las instituciones.