Preguntada al hilo de las palabras de Puig en la rueda de prensa posterior al Consejo Ejecutivo de este martes, Munté contestó: “Que hay dificultades, sí; que es imposible llegar a acuerdos, no”.

La vicepresidenta aseguró que la única línea roja en las negociaciones va a ser “no trabajar para conseguir llevar a buen término el mandato democrático” que según su interpretación dio a los independentistas el resultado electoral del 27 de septiembre, y que no se va a poner fecha tope para el acuerdo.

En este sentido aseguró que el 20 de diciembre “no marca más que la existencia de unas elecciones generales en España”, y que “eso no es ni obstáculo ni ninguna otra cosa” para las negociaciones. No obstante, reafirmó que para el Gobierno el candidato “claro” para la Presidencia es el actual titular en funciones, Artur Mas, como candidato de la fuerza más votada.

Munté, que negó “absolutamente” que se le haya propuesto a ella la Presidencia, pidió “respeto” para los nombres que se han divulgado para la Mesa del Parlamento catalán, y en particular el de la expresidenta de la Asamblea Nacional Catalana y número 2 de Junts pel Sí a las elecciones, Carme Forcadell, como futura presidenta de la Cámara.

Sobre si una independentista representa a todos los catalanes o no, replicó preguntándose si el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, representa al conjunto de los españoles.

A la vicepresidenta del Gobierno catalán se le preguntó también por la confirmación de la sanción de la UEFA al F.C. Barcelona por las esteladas que ondearon sus aficionados durante la final de la Liga de Campeones y la Supercopa.

Munté reiteró la queja que manifestó cuando la multa se anunció por primera vez, lamentando “terriblemente” que se persigan símbolos democráticos y en cambio no otros “preconstitucionales” o de regímenes totalitarios.