Farghadani indica en una nota escrita en la cárcel y recibida por Amnistía Internacional que las autoridades judiciales la llevaron a un centro médico fuera de la prisión el pasado 12 de agosto y la obligaron a someterse a las pruebas, presuntamente en el marco de la investigación sobre la acusación que recae sobre ella.

Said Boumedouha, director adjunto del Programa de Amnistía Internacional para Oriente Medio y el Norte de África, consideró “sorprendente” que por el “delito” de darle la mano a su abogado, las autoridades iraníes hayan obligado a la dibujante a someterse a pruebas de virginidad y de embarazo.

“Las autoridades judiciales iraníes han llegado verdaderamente a un nivel escandaloso, tratando de explotar el estigma asociado a la violencia sexual y de género con el fin de intimidarla, castigarla o acosarla”, añadió.

Amnistía Internacional destacó que las “pruebas de virginidad” están reconocidas internacionalmente como una forma de violencia y discriminación contra las mujeres y las niñas, y viola la prohibición absoluta de la tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes recogida en el derecho internacional, incluida en el artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que Irán ha ratificado.

Además, la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS) ha instado a las autoridades sanitarias de todo el mundo a poner fin a la práctica de "pruebas de virginidad" en todos los casos y prohibir que los trabajadores de salud perpetúen “esta práctica discriminatoria y degradante”.

PRESA DE CONCIENCIA

Por otro lado, Boumedouha indicó que Farghadani, declarada presa de conciencia por Amnistía Internacional, debe ser liberada “de inmediato y sin condiciones” y añadió que debe ponerse en marcha “una investigación independiente e imparcial” sobre las presuntas torturas y malos tratos sufridos por la caricaturista, y los responsables comparezcan ante la justicia.

Desde que fue acusada de "relaciones sexuales ilícitas no constitutivas de adulterio" por darle la mano a su abogado el pasado mes de junio, Atena Farghadani se ha quejado de que los funcionarios y los guardias de prisiones se han dirigido a ella con gestos obscenos e insultos sexuales, entre otros. Por ello, emprendió una huelga de hambre de tres días el pasado mes de septiembre, aunque, según Amnistía Internacional, “el acoso ha continuado”.

Encarcelada desde el pasado mes de enero, Atena Farghdani fue condenada el pasado mes de junio a 12 años y nueve meses de prisión por diversos delitos, como reunirse con familias de presos políticos e injurias a miembros del Parlamento de Irán y al líder supremo, ayatolá Alí Jamenei, tras publicar caricaturas satíricas en las que aparecían dibujados como monos, vacas y otros animales, en protesta por un proyecto de ley que, según AI, buscaba criminalizar la esterilización voluntaria y restringir el acceso a los servicios de anticoncepción y de planificación familiar.

La declaración de culpabilidad también es consecuencia de las declaraciones públicas que hizo Farghdani sobre los derechos de las familias de las víctimas de la campaña de represión que lanzó el Gobierno después de las elecciones presidenciales de 2009, según Amnistía Internacional, que denunció que la dibujante ha sido castigada “simplemente por ejercer sus derechos a las libertades de expresión, asociación y reunión”.