En su primera intervención en el Parlamento Europeo, don Felipe recibió el aplauso de sus señorías en tres ocasiones. La primera, cuando se refirió a la dimensión social de la UE. La segunda, cuando citó un discurso de Delors, expresidente de la Comisión Europea, en el que éste rechazó "una Europa que no sea más que un mercado, sin alma, sin conciencia, sin voluntad política, sin dimensión social". Y la última, cuando pidió construir "una Europa renovada para un tiempo nuevo en un mundo distinto", como ya dijo el día de su proclamación como Rey en el Parlamento español, que con él llegaba "una Monarquía renovada para un tiempo nuevo".

Felipe VI, en un extenso discurso destacó que "no es posible concebir España sin Europa, ni Europa sin España. Soy europeo porque soy español".

Tuvo un especial recuerdo para "el desgarrador sufrimiento de aquéllos que vienen a Europa huyendo de la violencia y el fanatismo. No podemos defraudarles", dijo, por lo que pidió para ellos "generosidad, solidaridad y responsabilidad".

Reconoció el Rey que "la pertenencia de España a la UE ha contribuido de un modo determinante al mayor desarrollo económico y social de nuestro país" y concluyó que "ha llegado el momento de evolucionar en Europa hacia una verdadera comunidad política reforzada".