Los obispos, contra el “encarnizamiento terapéutico”, porque la "prolongación precaria y penosa” la vida no es eutanasia
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El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, recordó este jueves la doctrina de la Iglesia española ante la prolongación de la vida de enfermos terminales. Según dijo, los obispos se oponen “al encarnizamiento terapéutico” porque entienden que la eutanasia no es “la prolongación precaria y penosa de la existencia".
Gil Tamayo hizo estas declaraciones en la rueda de prensa posterior a la Asamblea Permanente que los prelados españoles han celebrado esta semana en Madrid, intervención en la que el portavoz matizó que no conocía directamente el caso de Andrea, la niña gallega que padece una enfermedad rara y cuyo caso ha creado un enfrentamiento entre sus padres y el Hospital Clínico de Santiago. Los primeros piden dejar morir a la pequeña y no prolongar su sufrimiento, mientras los médicos esgrimen que cumplen la normativa.
La Iglesia recalca que la doctrina “es clara” contra la eutanasia, entendida como “muerte provodaca” y poner fin a una vida humana “por medios médicos”, como recoge un documento de la CEE de 1993 sobre cien cuestiones y respuestas de la vida humana basado en una declaración de la Santa Sede.
Ese documento plantea diversas opciones “cuando la muerte aparece como inevitable”, como aceptar ensayos, rechazar o interrumpir remedios, “contentarse” con medios paliativos aunque no tenga ninguna virtud curativa o rechazar medicación que lleven a la “aceptación inevitable” de la muerte.
AYUDA ESPIRITUAL
En ese marco, los obispos ofrecen “ayuda espiritual” a los padres de la niña a través del servicio del hospital de Santiago y de la diócesis compostelana “para que iluminen desde el punto de vista cristiano esa decisión”. La Iglesia siempre quiere estar cerca” de quienes sufren y entiende que “no hay una compasión que llegue a la muerte”, pues “siempre lleva a la vida”.
Asimismo, Gil Tamayo consideró que para tomar esa decisión sobre la niña, debe valorarse el papel de los padres, “que quieren lo mejor para su hija”, “en medio del sufrimiento”, escuchar a los comités éticos y deontológicos y a los facultativos, que son los que tienen los datos.
Finalmente, el portavoz de los obispos recordó que la Iglesia defiende la vida “en todos sus estadios”, y que el debate social generado por este caso se produce en un contexto de “relativismo moral” de la sociedad. “Se empieza por el aborto y la contracepción y termina por la eutanasia”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
01 Oct 2015
AHP/nbc