En un comunicado, OCU pide investigar aspectos como a cuántos vehículos afecta realmente este engaño o si es Volkswagen la única marca implicada. Además, advierte de que todavía hay que valorar las implicaciones económicas de este engaño. Por ejemplo, se pregunta quién va a pagar si el impuesto de matriculación de estos vehículos sube (al cambiar su categoría de eficiencia).

También se cuestiona sobre qué va a pasar si el coche fue comprado con una ayuda vinculada a sus características poco contaminantes (por ejemplo, el Plan PIVE).

Para la OCU el consumidor no debería hacerse cargo de ninguno de estos hipotéticos gastos, que deben correr de cuenta de Volkswagen. “Quien hace trampa, paga”, concluye.