Según informó la Organización Médica Colegial, "el aplazamiento de la reforma de la actual Ley del Tabaco para extender la prohibición de fumar a todos los lugares públicos cerrados ha sentado mal a los profesionales sanitarios más volcados contra el hábito de fumar, al que consideran no en vano como el factor prevenible que más afecciones y mortalidad causa entre los españoles. Cabe recordar que recientes encuestas han cifrado en más de un 70% la adhesión de los españoles a una nueva ley que proteja la salud de todos".

Este colectivo contaba, añade la OMC, con que "la modificación de la norma sería un hecho durante el actual semestre de Presidencia española de la UE, tal como anunció en su momento la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez; entre otras razones, porque eso igualaría a España con los muchos países europeos que cuentan ya con leyes garantistas contra los perjuicios del tabaquismo pasivo. En concreto, se estima que unos 210 millones de europeos pueden ir hoy a restaurantes o bares sin exponerse a inhalar malos humos ajeno".