Así lo señala un informe sobre la crisis de los refugiados hecho público este martes por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que coincide en sus cálculos con los de las autoridades europeas y prevé para este año un millón de solicitudes de asilo en el Viejo Continente y entre 350.000 y 400.000 reconocimientos del estatuto de refugiado.

Según la OCDE, Europa ya ha vivido desde la Segunda Guerra Mundial flujos migratorios análogos, aunque de menor envergadura, y los países que se verían ahora más afectados por la llegada de extranjeros ya tienen experiencia reciente, como es el caso de Alemania y la crisis de los Balcanes en la década de los 90.

“La migración, si está bien gestionada, puede desempeñar un papel positivo en la economía, porque los inmigrantes tienden a pagar más en impuestos y en cotizaciones a la seguridad social que lo que reciben como beneficios individuales”, señala el estudio, que subraya el hecho de que un porcentaje nada desdeñable de solicitantes de asilo tienen estudios medios o superiores.

Para que la acogida sea satisfactoria, pide a los Estados que acometan sin demora el gasto necesario en integración educativa de los niños refugiados, especialmente en enseñanza del idioma.

En materia laboral, ve preciso que el acceso al mercado se haga con una primera formación o una adaptación paulatina a la cualificación de los demandantes de empleo que ya tenían trabajo en sus países de origen y que requerirán en muchos casos una actualización.