"El último año la presión era excesiva, pero, en los dos últimos meses, la sensación ya es de presión irracional", según Francisco de la Torre, secretario general y portavoz de la organización. La IHE denunció el "afán recaudatorio" de la Agencia Tributaria ante el "desproporcionado" incremento de objetivos impuestos a los Equipos de Inspección en 2010.

Unos objetivos valorados por la IHE en un incremento del 15% y que, en términos absolutos, supondrían repetir la recaudación de 4.000 millones al año alcanzada el pasado año, cifra que significó el "mejor ejercicio de la historia".

Estas medidas supondrían una mayor presión sobre lo contribuyentes inspeccionados y todo con menores medios materiales y humanos. Circunstancia que la organización calificó de "inasumible".

Los objetivos marcados están "al margen de la realidad", indicó De la Torre, quien añadió que el nuevo protocolo de actuación burocrático impuesto "anula la voluntad del inspector". "Si siguiéramos en sentido estricto las directrices, prácticamente estaríamos haciendo una huelga de celo y este país no se lo puede permitir".

IHE remitió un comunicado a las agencias tributarias que contó con el respaldo del 77% de los Jefes de Equipo de Inspección en un intento de frenar las nuevas directrices fijadas.

DECISIÓN RADICAL

De la Torre subrayó que los inspectores no "vamos a prevaricar", pero advirtió que existen "temas grises" en los que se podría acabar tomando "la decisión más radical y eso no es bueno para la Agencia Tributaria, ni para el contribuyente, ni para los tribunales, que se sobrecargan".

Al tiempo denunció la imagen "lamentable" y "sesgada" que se podría ofrecer de los inspectores ante la opinión pública al forzar a los inspectores a "sacar deuda a nueve de cada diez controles para cumplir los objetivos".

IHE reiteró que esta crítica no contradice la denuncia realizada en septiembre de 2008 ante el incremento del fraude fiscal. Sin embargo, para luchar contra esta tendencia, la organización reclama un incremento de medios materiales y humanos y no una mayor presión sobre los contribuyentes.