La capacidad de recuperación de papel usado en España se cifra en unas 1.700 toneladas anuales, por lo que se corre el peligro de que el papel y otros residuos alemanes, unidos a los españoles, conviertan a nuestro país en "el basurero de Europa".

Este hecho viene propiciado por la falta de legislación comunitaria y la "ley Topfer" alemana, que obliga e incentiva económicamente a los industriales de ese país para que se deshagan de sus residuos, mientras que otros países europeos tenen normas para protegerse de estas exportaciones.

De esta forma, el papel que les sobra prácticamente lo regalan e incluso, en algunos casos, han llegado a pagar para que los fabricantes de papel reciclado español se lo lleven de Alemania, hundiendo el resto de mercados europeos y, en concreto, el español.

Fuentes de la patronal consultadas por esta agencia afirmaron que estas prácticas de "dumping ambiental" perjudican a países como España que no tienen legislación, y obligan a los fabricantesa pagar el reciclado de los envases que se exportan.

Así, señalaron que se empeora la competitividad de la industria española mientras al mismo tiempo en España se reciben "el papel y los envases de nuestros socios, que aquí no encuentran salida, si no es el vertedero".

LA ADMINISTRACION, CULPABLE

Dichas fuentes responsabilizaron del problema a la Secretaría de Estado de Medio Ambiente, que no ha contestado a la propuesta de "acuerdo voluntario" entre las diversas federaciones de la CEOE, que s comprometen a aplicar un sistema de gestión y tratamiento de residuos. Dicho plan fue presentado a la Administración en octubre del año pasado.

Por su parte, España presentó a finales de marzo en el Consejo de Ministros de Medio Ambiente de la CE una comunicación para que investigue la legalidad de las exportaciones alemanas.

La Administración señala que aunque España ha incrementado la utilización del papel reciclado, que llega a un 60 por ciento, no ha podido aumentar paralelamente la recuperaión del papel usado, que acaba en muchas ocasiones en el vertedero como única solución económica. Otros materiales como el plástico parecen seguir la misma vía.