En una jornada organizada por el Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, aseguró que el estrés en la mujer no está provocado exclusivamente por el exceso de trabajo que supone la doble jornada laboral dentro y fuera del hogar, sino fundamentalmente por la rutina de ese tabajo.

"Hemos visto que cuanto más monótono y aburrido es un trabajo, más estresante es. En la cadena de montaje también ocurre, y aunque parece que los ejecutivos son los que tienen más estrés, resulta que las personas con un trabajo en el que no pueden decidir su destino están en situaciones mucho más estresantes", agregó.

Las consecuencias biológicas de la mujer estresada son específicas y distintas a las del hombre. Vals destacó que aunque el cansancio, el insomnio y el dolor de cabeza son igal para ambos sexos, la mujer en una situación fuerte de estrés sufre alteraciones en su ciclo menstrual.

"Muchas veces o se sangra menos o se sangra más, y todo esto repercute mucho más en la disminución del hierro en el organismo, con más anemias ferropénicas, que en el caso del hombre, afecta más en situaciones de enfermedades cardiovasculares", agregó Vals.