En declaraciones a Servimedia, el sacerdote comparó que esa acogida debe ser como la que realizan las parroquias con las personas sin techo cuando llegan olas de frío, y como el servicio que en Madrid presta la ‘parroquia 24 horas’ que él dirige, la de San Antón.

“No es que podemos, es que debemos hacer más. Basta ya de notas oficiales y de documentos. Lo que hay que hacer es ir a la acción. Y la acción a lo mejor pasa por invitar a familias que puedan acoger en sus casas y, como el arzobispo de Madrid ha hecho, a que las parroquias puedan ser solidarias”, agregó.

“El Congreso, el Senado, las asambleas autonómicas y muchas de las instituciones que existen, ¿por qué no abren sus puertas, como hemos abierto las iglesias 24 horas? Porque aquí es muy fácil echar balones fuera”, insistió, refiriéndose a los problemas de seguridad y limpieza que alegan quienes se oponen a la medida.

En su opinión debería “obligarse” a los senadores, a los diputados y a las instituciones públicas y culturales, como teatros, estaciones de tren, bibliotecas y polideportivos, a ser solidarios con los refugiados. “Qué bonito sería que algún banco se ofreciese a recibir gente”, añadió.

DE BUDAPEST A MADRID

El sacerdote confirmó que la ONG se ha ofrecido a las autoridades húngaras para “traer algunos”, en una iniciativa que sigue los pasos a la propuesta que recientemente ha hecho el Ayuntamiento de Madrid.

Estas personas se albergarían en algunas instalaciones con las que cuenta Mensajeros de la Paz, a las que se podrían sumar “otras que puedan ceder”. “Algo tenemos que hacer, aunque sólo fuera traer a uno. No nos podemos quedar ni sólo con la crítica ni con los brazos cruzados y diciendo que esto es un crimen y esto hay que resolverlo. Hay que ponerse manos a la obra”, aseveró.

El presidente de Mensajeros de la Paz plantea que lo idóneo para resolver la crisis son “gestiones inmediatas y fuera burocracia”. La ONG ya cuenta con experiencia en la atención a estas personas, pues desde hace meses ayuda a miles de refugiados en Amán (Jordania), procedentes de Siria e Irán. El propio Padre Ángel ha visitado campos de refugiados en Jordania y Siria.

“Hay que exigir a los gobiernos, a la Unión Europea y a la comunidad internacional que esto no se puede dejar pasar. Quizás la imagen del niño tirado en la arena conmueve más que lo que uno pueda decir”, agregó a Servimedia, reconociéndose "colaborador" de todas aquellas insituticiones, al margen del color político, que quieran ser solidarias. “No somos funcionarios de nadie, pero sí somos colaboradores”, agregó, pues “en el trabajo del día a día hay unas ideologías que no tienen por qué contar”.