Bustos (Madrid, 1982) recupera el género literario de la fábula para comentar la actualidad política y económica de España con otra mirada mediante un conjunto de ensayos en los que habla sin cortapisas sobre la corrupción, el auge del populismo, la aparición de nuevas formaciones y el fin del bipartidismo, entre otras cosas.

“En la vida y en la política no es raro que ganen las zorras, como sucede en la fábula, y que disfruten de su victoria obscena, un tiempo al menos. Pero empecemos por llamar a las cosas por su nombre. A ver si no vamos a distinguir a las putas de las emprendedoras", sentencia.

Bustos lamenta, sobre el comportamiento social en tiempos de las vacas gordas, que parece que "la corrupción sólo se castiga cuando una crisis obliga a suspender el regadio presupuestario" porque cuando había dinero para todo el mundo daba la impresión de que no había "problema".

En el paralelismo entre las personas y los ánimales, propio del género de la fábula, el autor proclama que "vivimos entre zorros integrados y erizos apocalípticos, pero no hay uvas para todos. Y cuando comprueba que las uvas no están a su alcance, cada bicho se excusa de un modo original".

Lo ocurrido en España durante los últimos años también le lleva a recuperar el famoso cuenta de la cigarra y la hormiga: “La cigarra no es una vaga: sencillamente se niega a ser una oficinista. Canta día y noche «libremente», precisa La Fontaine: ofrece su arte gratuitamente al mundo. Y así empezó Bob Dylan, ojo. Pero el problema no es cantar en vez de acumular grano. La falla moral no estriba en dedicarse al artisteo, como pensarían nuestras severas bisabuelas, sino en dedicarse a ello gratis".

Entre reflexiones así, Bustos manifiesta que "pretender que los espanoles, escarmentados por la dureza de la crisis, se vuelvan protestantes y abracen de golpe la ética del trabajo y la justificación por las obras es una ingenuidad". "Es desconocer no ya el volkgeist espanol, sino el propio genero humano".

A su juicio, España es uno de esos países en los que "para explicar las causas de un problema siempre se alzan manos de sobra" pero "cuando suena la hora de ponerse a corregirlos, se oyen silbidos y ecos de pasos que corren hacia la barrera, desde donde siempre se enjuician más cómodamente los intentos quijotescos de los demás".

FIN DEL BIPARTIDISMO

Bustos, columnista del diario 'El Mundo' y que habitualmente narra con verbo afilado las sesiones parlamentarias en el Congreso de los Diputados, augura el final del bipartidismo tal y como se ha conocido durante la democracia, aunque no su extinción total.

“Si el bipartidismo es una bici sobre dos ruedas flácidas, Ciudadanos y Podemos ejerceran de ruedines —uno a la derecha, otro a la izquierda— para que el sistema no deje de girar", mantiene tras los pactos que las nuevas formaciones han alcanzado tras las elecciones municipales y autonómicas y que permiten que los dos grandes sigan acumulando la mayor parte del poder.

No tiene dudas de que populares y socialistas conservan la hegemonía porque "son dos leones viejos como los que flanquean la fachada neoclasica del Congreso, pero son leones al fin". Por eso, augura que "cuando todos los partidos regresen de la jornada cinegética, es decir, de la jornada electoral a la caza del voto, y se vacíen las urnas, la parte del león seguirá llenando la panza del bipartidismo".

MARIANO RAJOY

Sin embargo, el escritor y colaborador habitual de medios como RNE, laSexta o Cadena Cope descarta que un presidente del Gobierno vuelva a gozar de la tranquilidad parlamentaria que Mariano Rajoy ha disfrutado durante esta legislatura en el Congreso y el Senado, hasta el punto de afirmar que su mayoría absoluta de 2011 "quizá haya sido la última que lleve a un candidato a La Moncloa en mucho tiempo".

A partir de ahora, pronostica, se ha de inaugurar "una nueva era de pactos poselectorales donde la cintura negociadora será puesta a prueba" y donde el debate debe ir más allá del cambio generacional porque "el problema no es ser joven o viejo, sino ser imbécil o inteligente".

Sobre Mariano Rajoy, asevera que "un político que se niega a comunicarse con su pueblo es un líder amputado, un gélido tecnócrata, un autista con poderes" pero niega que el PP está desideologizado porque en las reformas del partido "manda un Cristóbal Montoro plenipotenciario que delata ideología en cada medida tributaria".

Bustos se pregunta si los españoles están condenados "al tono sonámbulo y funcionarial con que Rajoy castiga el hambre de liderazgo de un pueblo ya muy baqueteado" y presupone si "no ha de haber un término medio entre el defensor a ultranza del statu quo y el curandero político".

El periodista critica los políticos profesionales que ha fabricado el sistema español de partitocracia, especialmente con "criaturas de perfil bajo surgidas de la entraña darwiniana del aparato, donde sobrevive no el más apto sino el más dócil".

En esa línea, sostiene que "lo llaman democracia cuando debieran decir mesocracia: el imperio nivelador de la mediocridad" porque "al que descuella se le rebana el pescuezo, al que presume se le mientan sus carencias y al que se señala frenético el escudo o el dorsal cuando marca un gol le abuchea todo el estadio".

Por ultimo, se refiere al exdirigente de Podemos Juan Carlos Monedero como "la primera avería de consideración que sufrió el motor embalado del populismo de izquierdas, ralentizando su marcha mesiánica" y se muestra convencido de que pasará otras muchas "hasta que complete su transformación en partido canónico, con recetario homologado por el colegio de farmaceuticos de Bruselas".