En ese sentido, el diputado de CDC Pere Macías subrayó que “no hace falta acudir a Ferrán Adriá para desconstruir” los argumentos planteados por el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, durante su defensa de los PGE.

Macías lamentó que la “devaluación salarial” es lo que ha permitido que la economía española haya ganado competitividad, lo que le sirvió para reclamar que los salarios vuelvan a crecer.

El diputado convergente exigió al Gobierno que “sea más humilde con las pensiones”, ya que, dijo, “no es de recibo presumir de la subida de un 0,25% de las pensiones cuando la cesta de la compra sube un 1,28%”, al tiempo que acusó al Ejecutivo de “despreciar la cultura” con el “culebrón” del IVA cultural.

A su vez, denunció que estos presupuestos son “pésimos” para Cataluña, una comunidad en la que Macías censuró al Gobierno de haberse dedicado a “bloquear infraestructuras estratégicas” como el corredor del Mediterráneo.

“Hay muchos argumentos para pensar que estos presupuestos no servirán para la recuperación sino para seguir utilizando a Cataluña como un arma electoral”, sentenció.

Por su parte, el diputado de UDC Josep Sánchez Llibre definió los presupuestos como de “baja intensidad y calidad democrática, tremendamente electoralistas, triunfalistas y propagandísticos”, además de ser “muy desleales, injustos e insolidarios con Cataluña”.

Sánchez Llibre añadió que las cuentas son “muy centralizadoras y maltratan a los catalanes”, al tiempo de carecer de “alma social”, ya que, a su juicio, “no contemplan las bases sólidas para el crecimiento económico y la creación de empleo”.

A su vez, acusó al Gobierno de “utilizar como arma electoral los recursos públicos que ustedes gestionan”, ya que "parece que en España no existen jóvenes parados, desempleados de más de 45 años de larga duración, que hemos salido de la crisis cuando sólo hemos salido de la recesión y que no hay pobreza”.

Sánchez Llibre reprochó al Ejecutivo de “maltratar innecesariamente a los catalanes y de agravar todavía más las tensas relaciones entre Cataluña y España. Sin darse cuenta, con ello perjudican a la economía española. Cataluña, les guste o no les guste, es la locomotora del Estado español”.

Por último, afirmó su extrañeza por el hecho de que el Gobierno no haya presentado un nuevo sistema de financiación, así como que haya aprobado la Lomce, “que es un ataque al sistema de inmersión lingüístico catalán”.