Por esto, a los alrededor de 15 jóvenes -de los cuales dos ya han sido detenidos- que ayer presuntamente propinaron una brutal paliza a una persona sin hogar en un parque de Granada, no se les aplicará dicho agravante.

Estos dos agresores, que ya han sido detenidos, se encuentran en dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Granada, a la espera de ser puestos a disposición judicial, según confirmaron fuentes policiales a Servimedia.

Según explicaron estas mismas fuentes, los dos detenidos y el resto de presuntos agresores -que cuentan con edades comprendidas entre los 20 y los 25 años- “se metían habitualmente con el agredido”, y se está buscando el motivo de dicha agresión, así como la participación de cada uno de ellos en los hechos, sucedidos en torno a las 23:00 horas del pasado lunes.

“Si esta persona denuncia y mañana sigue durmiendo en la calle, las posibilidades de que vuelva a ser agredida aumentan”, afirmó a Servimedia Maribel Ramos Vergeles, coordinadora técnica del Observatorio ‘Hatento’, denunciando la situación de vulnerabilidad y desprotección de este colectivo. “A las personas sin hogar se las ve antes como potenciales delincuentes que como potenciales víctimas”, agregó.

La desprotección no es solo social, sino que también se encuentra en el marco de las leyes puesto que, tal y como informó Vergeles, “el Código Penal no reconoce como agravante el delito de odio hacia las personas sin hogar”, por lo que no se les aplicará a los actores de la agresión. Sin embargo, este odio dirigido a las personas sin hogar -y a otras personas en riesgo de exclusión social- cuenta con una denominación, “aporofobia”, que sí recoge el Ministerio del Interior como delito de odio en diferentes informes.

Aun así, Vergeles reconoció el “gran avance” que supone el trabajo coordinado con la Fiscalía de Delitos de Odio, con presencia en todas las provincias, que también recoge la “aporofobia”.

Según datos del Observatorio de Delitos de Odio contra las Personas Sin Hogar una de cada tres personas que vive en estas condiciones ha sufrido insultos o vejaciones, mientras un 47% han sido víctimas de odio, sin contar las discriminaciones. El dato es aún más alarmante en cuanto a los que han sido objeto de agresiones físicas: una de cada cinco.