Según Marek Marczynski, director de transferencias militares, de Seguridad y Policiales de AI, "Cancún constituye la primera gran prueba de fuego para el Tratado sobre el Comercio de Armas, y una gran ocasión para que los Estados hagan historia persiguiendo las metas del Tratado dirigidas a salvar vidas".

Amnistía ha destacado también, que quieren asegurarse de que, en estas conversaciones, los Estados no se enzarzan en “aspectos burocráticos” ni pierdan de vista los principios rectores del Tratado, enfocados a una “regulación efectiva y transparente” que ponga fin al “sufrimiento humano causado por la circulación irresponsable de armamento convencional."

Asimismo, la organización ha remarcado “que presionará en favor de tres áreas principales: transparencia en todos los aspectos del Tratado sobre el Comercio de Armas, incluida la presentación de informes completos de los Estados sobre la medida y el alcance de sus importaciones y exportaciones de armas; participación significativa de las ONG en todos los procesos y reuniones relativas al Tratado; y adopción de mecanismos que garanticen el cumplimiento de las obligaciones del Tratado por parte de los Estados evitando que se transfieran armas cuando existe el riesgo de que se destinen a cometer violaciones graves del derecho internacional, incluidos crímenes de guerra y otras violaciones graves de derechos humanos”.