Según informó la Dirección General de la Policía, los arrestados, que incluso usaban a una niña de dos años para no levantar sospechas durante las operaciones de narcotráfico, extremaban las medidas de seguridad en sus encuentros y desplazamientos con el fin de no ser descubiertos.

La operación se inició cuando los investigadores tuvieron conocimiento de las actividades de varios individuos que, de forma organizada, distribuían drogas de diseño en la provincia de Barcelona, fundamentalmente en zonas de ocio y festivales de música, bares y discotecas frecuentados por jóvenes.

Las pesquisas permitieron identificar y localizar a dos de los integrantes de la banda de narcotraficantes, quienes, a pesar de no constarles ninguna actividad laboral, llevaban un alto nivel de vida. Los agentes también averiguaron que estos individuos habían alquilado en la Ciudad Condal un trastero donde almacenaban y manufacturaban las sustancias estupefacientes.

La actividad de las dos personas investigadas se había incrementado a principios de verano, a raíz de la celebración de grandes eventos musicales en Barcelona y provincia, así como en Ibiza, ciudad a la que viajaron para cerrar tratos con otros narcotraficantes de la isla.

La investigación ha concluido con el arresto de los dos investigados en Barcelona como presuntos responsables de un delito contra la salud pública. En los registros practicados en el trastero y en los domicilios de los detenidos, los agentes se han incautado de tres kilos de 'cristal', 13.100 pastillas de éxtasis, 28 litros de ketamina líquida, 51 gramos de ketamina sólida, 73 gramos de hachís y 25 gramos de marihuana, entre otras cosas.