Según informó el Ejército del Aire, estos aviones han intervenido en 18 provincias españolas, repartidos por los destacamentos de Santiago de Compostela, Pollensa (Mallorca), Málaga, Talavera la Real (Badajoz), Salamanca, Zaragoza, Albacete y Torrejón de Ardoz (Madrid).

El Ejército del Aire considera a estos aviones “la herramienta más eficaz en la extinción de incendios forestales” debido a su gran capacidad de carga (alrededor de seis toneladas de agua dependiendo de las versiones), su velocidad de casi 150 kilómetros por hora y la posibilidad de cargar agua en las cercanías de los fuegos.

Estas aeronaves también se caracterizan por su fiabilidad, ya que desde hace más de 12 años no han tenido ningún accidente de gravedad, a pesar de volar en condiciones de riesgo, caracterizadas por las fuertes corrientes de aire, entre zonas montañosas y a muy baja altura.

De los 17 aviones que componen su flota, el Grupo 43 del Ejército del Aire ha mantenido 15 operativos durante el mes de julio, tres más de los que exige por convenio el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.