La ineficacia de algunos fármacos de control del movimiento reside en la incorrecta dosificación

MADRID
SERVIMEDIA

Investigadores españoles de la Universitat de Barcelona y Ciberned demuestran en un estudio el papel decisivo de la dosificación en los fármacos antagónicos (que bloquean respuestas fisiológicas) para el control del movimiento. Este tipo de fármacos, utilizados frecuentemente en enfermedades como el párkinson o la esquizofrenia, pueden producir tanto activación como inhibición motora según la dosis administrada.

La incorrecta asociación en los ganglios basales del cerebro de los receptores de adenosina y dopamina es la responsable de importantes problemas locomotrices, que provocan las alteraciones del movimiento típicas de patologías como el párkinson, la esquizofrenia o la enfermedad de Huntington.

Esta asociación, que es uno de los mecanismos implicados en el control fino del movimiento, ya se conocía, pero no así la estructura concreta en la que se construye.

Una reciente investigación del Grupo de Investigación Consolidado de Neurobiología Molecular de la Universitat de Barcelona (UB), vinculado al Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned), muestra cómo la estructura es tetramérica (formada por un homómero de receptor de adenosina más un homómero de receptor de dopamina), permitiendo explicar las divergencias halladas al administrar fármacos antagonistas (que bloquean las respuestas fisiológicas).

El modelo tetramérico descubierto permite explicar cómo a determinadas concentraciones de un fármaco antagonista de los receptores de adenosina -por ejemplo, la cafeína, consumida por una importante parte de la población-, éste se comporta como tal y bloquea los efectos inhibidores del movimiento producidos por la adenosina que el cuerpo humano forma de manera endógena.

Por el contrario, si se administra en dosis superiores, el fármaco podría dejar de bloquear el efecto de la adenosina endógena y mimetizar su papel, disminuyendo la función de los receptores de dopamina y convirtiéndose en ineficaz y hasta perjudicial para el control motriz.

Según los investigadores Vicent Casadó y Enric Canela, directores del estudio, “el hecho de que otros receptores de hormonas, neurotransmisores y neuromoduladores se asocien formando tetrámeros permitiría explicar los resultados contradictorios en las terapias basadas en el uso de un fármaco antagonista de un receptor para alterar el funcionamiento del otro receptor asociado, y pone de manifiesto que el éxito de este tipo de tratamientos se basa en la correcta dosificación del fármaco”.

(SERVIMEDIA)
30 Jul 2015
IHS/caa