El pasado 22 de junio, el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco decidió prorrogar hasta el máximo legal de cuatro años la prisión preventiva al líder europeo de la banda motera originaria de Alemania, Frank Hanebuth, y a su lugarteniente, Khalil Yousafi.

El abogado de los dos imputados está en dependencias judiciales a la espera de ingresar la fianza impuesta por la Sala, lo que premitirá su salida de prisión hoy mismo.

El grupo fue desarticulado en Mallorca y sus dos cabecillas están en prisión desde el verano de 2013 por delitos de pertenencia a organización criminal, extorsión, prostitución coactiva, trata de personas, estafa, detención ilegal o blanqueo de capitales, entre otros.

Fueron detenidos en Mallorca en julio de 2013 dentro de la operación 'Casablanca'. El magistrado les tomó declaración y escuchó al fiscal antes de decidir la prórroga de su situación de prisión por dos años más.

En sendos autos, el magistrado indicaba que persistía el riesgo de fuga y de que los encausados traten de sustraerse a la acción de la justicia. Aseguraba también que los delitos que se les atribuyen son “graves” y podrían llevar acarreadas importantes penas de privación de libertad.

Con la prórroga de la prisión preventiva se pretendía también evitar que los encausados “puedan influir en otros medios de prueba tales como otros imputados o prueba testifical”, dada la sospecha de su participación en delitos de organización criminal, blanqueo de capitales, prostitución, coacción, amenazas y extorsión.

El pasado mes de febrero, el juez decretó la apertura de juicio contra 55 miembros de la banda. En su auto, explicaba que la rama “chapter” de esta organización está implantada en Mallorca entre 2009 y 2011. Un segundo grupo comenzó a desarrollar sus actividades a partir de 2012. Ambos estuvieron vigilados por Europol.

La Sala considera ahora "proporcional" la modificación de la medida cautelar de prisión puesto que está acreditada la "vinculación con su país de origen" y se les imponen fuertes medidas que impedirán su huida. Por eso, los encausados tendrán que presentarse diariamente en el juzgado y entregar su pasaporte.

En julio de 2013, Velasco dirigió una operación para desarticular ese último grupo que se saldó con el ingreso en prisión de 18 personas, fianzas para eludir la prisión para seis y otras seis personas quedaron en libertad provisional.

Entre otras actividades delictivas se dedicaban a forzar a mujeres llegadas del extranjero a la prostitución. Los fondos obtenidos por la actividad de proxenetismo, extorsión, tráfico de estupefacientes o estafa eran objeto de blanqueo.