Ante una enfermedad leve, la población española sigue visitando mayoritariamente a su médico de cabecera (el 47 por ciento), aunque el 29 por ciento de los encuestados asegura que no adopta ninguna medida médica.

El resto de los encuestados asegura que acudió a un médico especialista(25 por ciento), realizó una visita a un ambulatorio o acudió a las urgencias de un hospital (12 por ciento).

Según el mismo estudio, la práctica de la automedicación ha crecido entre la población española en un 7 por ciento, respecto a la que se producía para este tipo de patología en el año 1989.

El 25 por ciento asegura que compra medicamentos sin receta médica para tratar resfriados, catarros o gripes y el 17 por ciento usa productos farmacéuticos que ya tenía en casa.

El resto de la pobación o no toma nada para combatir esas afecciones (un 2 por ciento) o emplea algún remedio casero conocido por tradición oral.

La mayoría de los encuestados asegura que usaron medicamentos sin receta por su propia experiencia, en un 51 por ciento de los casos; por consejo de su farmacéutico, en un 28 por ciento; por consejo del médico, en un 14 por ciento, o por consejo de amigos, en un 6 por ciento.

El medicamento más utilizado continúa siendo la aspirina, que ingiere un 22 por ciento de las pesonas resfriadas, seguida del Frenadol con un 14 por ciento, y de la couldina, con un 10 por ciento.

BUENA SALUD

En cuanto a la valoración de la propia salud, el 66 por ciento de los encuestados cree tenerla bastante buena, un 30 por ciento estima que sólo es regular y un 5 por ciento considera que se encuentra bastante mal.

El grado de preocupación de los españoles por su salud también ha crecido en los dos últimos años. Mientras que en 1989 un 47 por ciento estaba muy preocupado, en 1992 el prcentaje ha crecido hasta el 66 por ciento.

El tiempo medio que los encuestados permanecieron de baja por enfermedad en el último año es de 4 días, un día más que los declarados en 1989.