Los hechos tuvieron lugar poco después de comenzar el juicio que la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional celebraba contra el etarra José Antonio Zurutuza, al que se acusa de ser el autor material del asesinato en 1982 del delegado de Telefónica en San Sebastián, Enrique Cuesta, y de su escolta, el policía Antonio Gómez.

Los familiares habían acudido al juicio con la intención de protestar por la decisión adoptada en noviembre pasado por los magistrados de la Sección Primera de la Sala de lo Penal, quienes decidieron archivar por prescripción la causa que se seguía contra Zurutuza por el asesinato de Latiegui, cometido en abril de 1981.

Al inicio de la vista, cuando el secretario comenzó a dar lectura al escrito del fiscal, los familiares de Latiegui, un total de cinco personas, se levantaron exhibiendo fotografías de la víctima con la leyenda “justicia”. Gómez Bermúdez les advirtió de que si no desistían, serían expulsados de la sala: “O las bajan inmediatamente o serán expulsados”.

Fue entonces cuando comenzó el altercado. Los amigos del etarra Zurutuza comenzaron a aplaudir las palabras del presidente del tribunal, un gesto que encendió más aún a los familiares y amigos de Latiegui, quienes comenzaron a gritar.

“Nos matan dos veces, nos mató él y ahora nos está matando usted, favoreciéndoles, nos ha dejado colgados, nos han ninguneado”, dijeron los familiares dirigiéndose a Gómez Bermúdez. El presidente del tribunal reprochó en varias ocasiones a los operarios de las cámaras de televisión que grabasen al público y captasen el altercado.

Ante la insistencia de los familiares de Latiegui en su protesta, Gómez Bermúdez ordenó a la policía que los desalojase de la sala de vistas. También ordenó marcharse a las televisiones: “Ya pueden desmontar el trípode y marcharse. Aquí, cuando se incumplen mis instrucciones, se acabó”.

La hija del directivo de Moulinex asesinado por ETA, Amai Latiegui, presidenta del Colectivo de Víctimas del País Vasco (Covite), se mostró indignada por su expulsión de la Audiencia Nacional. “Nos han echado como a ratas, es injusto, no voy a entrar en calificativos no vaya a ser que me metan en la cárcel”, dijo.

Por su parte, la viuda de Latiegui, Ramona Garrido, señaló a su salida de la Audiencia Nacional que les habían tratado “como a porquería” y reclamó que se juzgue a Zurutuza por el asesinato de su marido.