"El Sistema de Salud no se puede permitir prescindir del mutualismo administrativo (en relación al modelo Muface, que redirige la atención sanitaria de más de dos millones de funcionarios a centros hospitalarios privados)", aseguró este miércoles el consejero delegado de Asisa, Enrique de Porres-Ortiz de Urbina. "Con la presión financiera que existe sobre las cuentas públicas en general y sobre los presupuestos sanitarios de las comunidades autónomas, éstas no pueden permitirse asumir de golpe dos millones de pacientes", argumentó.

En la misma línea se expresó el director general de Salud de DKV Seguros, Francisco José Juan Ruiz, que recalcó que es esencial para el sector que se resuelva la incertidumbre que actualmente existe sobre la pervivencia futura del modelo Muface.

Futuro sobre el que el director general corporativo de Operaciones de IDC Salud, Pedro Rico, se mostró abiertamente pesimista. "Las últimas decisiones adoptadas desde el Gobierno como el bloquear la entrada de nuevos funcionarios a Muface inducen a pensar que ese modelo tienes pocas posibilidades de subsistir y es un problema porque va a poner en riesgo una parte importante de la red sanitaria privada implantada en poblaciones de pequeño tamaño, donde no hay una cultura del aseguramiento. Estamos hablando de miles de empleos y de un buen número de centros".

Para Enrique de Porres, de Asisa, existe un riesgo adicional. "El de Muface es el único modelo alternativo de gestión sanitaria que existe en España, es el único que permite la comparación con el sistema público de gestión y chequear si las cosas pueden hacerse de forma más eficiente de otro modo. Acabar con esa referencia también sería un problema".

MODELO PÚBLICO VS MODELO PRIVADO

Otra cuestión en la que coincidieron los participantes en la mesa de debate es que no hay una confrontación real entre modelo público de gestión sanitaria y modelo privado sino entre buena y mala gestión.

Manuel Vilches, director del Hospital NISA-Aravaca y moderador de la mesa, se remitió a los resultados de un reciente estudio autonómico sobre evaluación de la calidad asistencial en centros públicos y privados para asegurar que a la vista de éstos "lo menos importante cuando se habla de calidad asistencial es la titularidad del centro". "Lo más relevante", dijo, "es la competencia. Hay que salir al mercado, ver que hay alguien que hace las cosas mejor que tú, aprender e intentar mejorarlo, ésa es la clave de la excelencia en la gestión".

En ese campo de la competencia, Pedro Rico, de IDC Salud, recalcó que los centros privados "tenemos la obligación de ofrecer la misma calidad asistencial que el sector público y hacerlo a un coste inferior, si no es que no somos buenos gestores".

Para Francisco José Juan Ruiz, de DKV Seguros, sanidad pública y privada incluso comparten problemas que hay que intentar resolver por el bien del sistema sanitario en su conjunto. "Hay que acabar con las guerras de precios, un tema que está afectando mucho a los proveedores de bienes y servicios del sistema y que cómo se prolongue en el tiempo va a hacer muy difícil mantener la calidad asistencial", advirtió.

Para Enrique de Porres, de Asisa, el principal problema de la gestión sanitaria pública es la falta de herramientas de gestión adecuadas para realizar su trabajo con eficiencia. "El sector público tiene un potencial gerencial superior al del sector privado, hay gestores extraordinarios en la sanidad pública, pero no dispone de determinadas herramientas que sí hay en el sector privado", dijo, haciendo referencia en particular a la política de recursos humanos. "El sector público gestiona de forma bastante eficiente para las herramientas que tiene", concluyó.