Oxfam Intermón señaló que se calcula que son necesarios alrededor de 1,5 billones de dólares (1,3 billones de euros) para garantizar la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible, y que “aún quedan muchos flecos” para decidir cómo cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que la Asamblea General de la ONU aprobará el próximo mes de septiembre.

“Es un momento clave para alcanzar compromisos y definir el modelo de desarrollo por el que se apuesta. Pero, a pesar de lo histórico del momento, el Gobierno español muestra un escaso nivel de compromiso y la delegación española que viajará a Etiopía no contará con una representación de alto nivel político”, apuntó.

El director de Campañas y Ciudadanía de Oxfam Intermón, Jaime Atienza, consideró “paradójico” que España ocupe un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y en breve presidirá este organismo y “no ponga toda la carne en el asador durante la cumbre en la que se tienen que definir objetivos y la forma de financiarlos para los próximos 15 años”.

Por otro lado, Oxfam alertó del “preocupante giro” en las negociaciones de la cumbre porque, según añadió, están siendo dominadas por los intereses del sector empresarial, con lo que la conferencia podría acabar con un modelo de desarrollo basado en la ejecución privada con fondos públicos.

“Durante todo el proceso de negociación, los países ricos han bloqueado sistemáticamente cualquier intento por rediseñar unos estándares internacionales que ahora están totalmente sesgados a su favor y de los intereses empresariales”, afirmó Atienza.

Este desequilibrio, según la ONG, cuesta a los países en desarrollo miles de millones de dólares al año, puesto que se calcula que por cada dólar que los países en desarrollo recibieron en 2008 (a través de inversiones extranjeras directas, ayuda al desarrollo, etc.) se perdieron aproximadamente dos dólares, principalmente debido a flujos financieros ilícitos, la evasión y elusión fiscal y el pago de la deuda externa.

PROPUESTAS

Esta organización explicó que uno de los elementos más conflictivos en las negociaciones previas a Addis Abeba ha sido la propuesta de reforma de la arquitectura fiscal internacional defendida por los países emergentes y en desarrollo, ya que “los países ricos están bloqueando la creación de un organismo fiscal intergubernamental que pondría coto no solamente a las prácticas de evasión y elusión fiscal de las grandes empresas, sino que también permitiría rediseñar los criterios fiscales en favor de los intereses de los países en desarrollo”.

“En Addis Abeba debe tomarse la decisión de crear un organismo fiscal internacional en el que todos los países trabajen en igualdad de condiciones para acabar con las injusticias del sistema fiscal internacional, con los abusos de muchas grandes empresas que se aprovechan de los agujeros del sistema para pagar lo mínimo, negando a los países en desarrollo miles de millones de dólares en ingresos realmente necesarios”, comentó Atienza.

Por ello, Oxfam hizo un llamamiento para que la cumbre de Addis Abeba impulse la creación de un organismo fiscal intergubernamental que garantice la participación de todos los países en igualdad de condiciones en la toma de decisiones, renueve el compromiso de los países ricos de destinar el 0,7% de su PIB a la cooperación al desarrollo en un plazo de cinco años y con al menos el 50% dirigida a los países más pobres del planeta, y asegure que se instauran los controles y salvaguardas adecuados para garantizar que alianzas público-privadas y los proyectos de financiación pública con ejecución privada tienen un impacto en la reducción de la pobreza y promueven el desarrollo sostenible.