Amnistía pide al mundo un “cambio radical” para no condenar a la miseria a millones de refugiados
- Pone el foco en cuatro grandes crisis: Siria, el Mediterráneo, África y sureste asiático
- Este sábado se celebra el Día Mundial de los Refugiados
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
Amnistía Internacional (AI) aseguró este lunes que los líderes del mundo están condenando a millones de refugiados a “una vida de miseria” y a una “existencia insoportable”, y empujan a miles de ellos a la muerte al no proporcionarles protección humanitaria esencial, por lo que les exigió un “cambio radical” para abordar este problema.
Así lo recoge en su informe ‘La crisis mundial de refugiados: una conspiración para el abandono’, hecho público con motivo del Día Mundial de los Refugiados, que se celebrará el próximo sábado, 20 de junio, y en el que explora el sufrimiento de millones de estas personas desde Líbano hasta Kenia y desde el mar de Andamán al Mediterráneo.
“Estamos presenciando la peor crisis de refugiados de nuestra era, en la que millones de mujeres, hombres y niños luchan por sobrevivir en medio de guerras brutales, redes de traficantes de seres humanos y gobiernos que persiguen intereses políticos egoístas en lugar de mostrar una compasión humana básica”, afirmó Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
Shetty subrayó que la crisis de los refugiados “es uno de los retos que definen el siglo XXI, pero la respuesta de la comunidad internacional es un vergonzoso fracaso”. “Necesitamos una reforma radical de la política y la práctica para crear una estrategia global coherente e integral”, añadió.
En este sentido, AI reclamó que se refuerce el sistema de protección de los refugiados y pidió a los Estados que hagan compromisos firmes para cumplir sus obligaciones legales individuales y renueven su compromiso con el reparto internacional de la responsabilidad.
En este sentido, propuso a los gobiernos cuatro iniciativas: el compromiso de reasentar colectivamente en los próximos cuatro años al millón de refugiados que necesitan actualmente reasentamiento, un fondo global para los refugiados que cubra los llamamientos humanitarios de la ONU y proporcione apoyo económico a países receptores, la ratificación global de la Convención sobre los Refugiados de la ONU y sistemas nacionales justos para evaluar las solicitudes del estatuto de refugiado y garantizar que estas personas tienen acceso a servicios básicos, como la educación y la atención sanitaria.
Shetty comentó que “el mundo no puede seguir mirando sentado mientras países como Líbano y Turquía asumen cargas tan enormes”, y añadió que “no se debería permitir que un país se ocupe de una emergencia humanitaria masiva con tan poca ayuda de los demás, sólo porque comparte frontera con un país en conflicto”, añadió
“Los gobiernos de todo el mundo tienen la obligación de garantizar que nadie muere mientras trata de alcanzar la seguridad. Es esencial que ofrezcan un lugar seguro a refugiados desesperados, establezcan un fondo global para los refugiados y adopten medidas efectivas para enjuiciar a las bandas de traficantes de personas. Ya es hora de aumentar la protección de los refugiados. Todo lo que no sea eso convertirá a los líderes del mundo en cómplices de esta tragedia evitable”, apostilló.
CUATRO GRANDES CRISIS
Por otro lado, el informe de Amnistía Internacional hace especial hincapié en cuatro grandes crisis de refugiados. Una de ellas es la de Siria, la mayor del mundo, donde cuatro millones de personas han huido del país y el 95% está en sólo cinco Estados de acogida: Turquía, Líbano, Jordania, Iraq y Egipto.
Señala que los países de acogida se esfuerzan por lidiar con la situación, mientras que “ni la comunidad internacional los ha ayudado ni las agencias humanitarias que ayudan a los refugiados les han proporcionado recursos suficientes”, ya que, pese a los llamamientos de la Agencia para los Refugiados de la ONU (Acnur), se les ha ofrecido demasiadas pocas plazas de reasentamiento.
“La situación es tan desesperada que algunos de los países vecinos de Siria han recurrido a medidas profundamente inquietantes, como negar a personas desesperadas la entrada en su territorio y devolver a personas al conflicto”, apuntó.
Por otra parte, Amnistía alude a la del Mediterráneo como “la ruta marítima más peligrosa” para las personas refugiadas y migrantes, ya que cerca de 219.000 hicieron la travesía en condiciones arriesgadas el año pasado, de las que 3.500 murieron.
En 2014, las autoridades italianas rescataron a más de 166.000 personas, pero este país, bajo la presión de otros Estados miembro de la UE, canceló el pasado mes de octubre la operación de salvamento Mare Nostrum, que fue sustituida por la operación Tritón, mucho más limitada, lo que ha contribuido a un dramático aumento del número de muertes en el Mediterráneo, puesto que 1.865 personas murieron intentando cruzar el mar en los cinco primeros meses de 2015, por las 425 del mismo periodo del año pasado.
Tras varios casos de muertes en el Mediterráneo, a finales de abril los líderes europeos aumentaron los recursos dedicados a las operaciones de búsqueda y salvamento, al ampliar los recursos y el área de operaciones de Tritón para cubrir los de Mare Nostrum, mientras que países como Alemania, Irlanda y Reino Unido han desplegado barcos y aviones que se suman a los recursos de la operación Tritón para incrementar la capacidad de ayudar a personas en el mar.
Asimismo, la Comisión Europea ha propuesto que los Estados de la UE ofrezcan 20.000 plazas de reasentamiento adicionales para refugiados procedentes de fuera de la Unión, si bien Amnistía Internacional considera que la cifra es “demasiado pequeña” para contribuir adecuadamente al reparto internacional de la responsabilidad.
Otro aspecto que Amnistía resalta en su informe es el de las “crisis olvidadas” en África, como el África subsahariana, donde están cinco de los 10 primeros países de origen de refugiados del mundo y cuatro de los 10 que más acogen. En esta área geográfica se calcula que hay más de tres millones de personas que han huido de sus países por combates en naciones como Sudán del Sur y la República Centroafricana.
Por último, el informe destaca la crisis de refugiados en el sureste asiático, ya que Acnur informó en el primer trimestre de este año de que cerca de 25.000 personas (en su mayoría bangladeshíses y ‘rohingyas’ musulmanes procedentes de Myanmar) habían intentado entrar en la bahía de Bengala, del doble que en el mismo periodo de 2014.
El pasado 11 de mayo, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló que había 8.000 personas en embarcaciones a la deriva cerca de Tailandia, muchas de ellas ‘rohingyas’ que huían de la persecución auspiciada por el Estado en Myanmar. En ese mes, Indonesia, Malaisia y Tailandia rechazaron barcos que llevaban a bordo a cientos de refugiados y migrantes que necesitaban desesperadamente ayuda, pese a los riesgos que afrontaban, pero el día 20 anunciaron que proporcionarían “refugio temporal” a un máximo de 7.000 personas que aún estaban en el mar.
(SERVIMEDIA)
15 Jun 2015
MGR/gja