EL 48% DE LAS CARNES PICADAS INCUMPLEN LA NORMA VIGENTE SOBRE CALIDAD, SEGUN OCU-COMPRA MAESTRA
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El 48% de la carnes picadas, ue se venden para el consumo humano, incumplen la norma vigente sobre la calidad de este tipo de productos cárnicos, según el estudio realizado por la revista Ocu-Compra Maestra.
El análisis fue realizado sobre una muestra de 23 carnes diferentes, recogidas de grandes establecimientos como: El Corte Inglés, Pryca, Jumbo, Alcampo, Alfaro o Simago, situados en las principales superficies de distribución: Madrid, Barcelona y Zaragoza.
Una de las conclusiones a las que llega el estudio señala que losprecios varían mucho de unos comercios a otros, siendo las carnes más baratas las que mejor calidad ofrecen: en el Corte Inglés de Madrid, la carne picada de buey cuesta 1.320 pesetas/kilogramo, mientras que carne picada de ternera se vende a 435 pesetas/kilo en Simago de Zaragoza.
En cuanto a la distribución de la calidad por ciudades, el redactor-jefe de la revista Ocu-Compra Maestra, José María Múgica, aseguró que "en Zaragoza se come la carne más barata y a mejor precio, de todas las ciudades analzadas".
Otra de las principales conclusiones destacadas por Múgica es la desproporcionada relación calidad comercial/precio, en perjuicio del consumidor, que poseen este tipo de productos carnícos.
Según el estudio, la calidad comercial de las carnes picadas es muy baja en relación al precio, porque tienen un alto contenido de tejido conjuntivo (nervios). Además, esas carnes están consideradas como muy barata por la dureza de su textura.
En general las carnes picadas sirven para "dar salida"a partes de la carne de los animales que de otro modo no podrían ser consumidas, destacó Múgica.
Además, el 46% de las carnes picadas superan el límite de hidroxiprolina, aminoácido que controla la cantidad de tejido conjuntivo, fijado por la Norma de Calidad para Carnes Picadas, explicó el técnico alimentario de la revista, y encargado de la realización del estudio, Mariano Higes.
"El contenido nutritivo de las carnes es el mismo", aunque contengan mayor cantidad de nervios señaló Higes, pero a u juicio, su precio no debería superar las 500-600 pesetas/kgr, si ofrecen este tipo de producto.
Por lo que se refiere a los aditivos que los comerciantes añaden a las carnes picadas, Higes subrayó que sólo sirven para aumentar el "tiempo de vida útil del producto y darle un mejor aspecto", ya que no cumplen ninguna función tecnológica indispensable.
Aunque la Norma de Calidad vigente prohíbe el uso de aditivos en las carnes picadas, los comerciantes los utilizan de forma encubierta en productosque llaman: preparado de carne picada (Alfaro) o pre-hamburguesas (Pryca), informa el análisis.
Otro de los puntos analizados es la manipulación de la carne, que Múgica calificó de "deficiente", y que, al ser un producto altamente perecedero, constituye un medio ideal para el desarrollo de microorganismo de toda clase.
La Norma de Calidad fija tres límites para tres bacterias patógenas y el estudio realizado detectó salmonela en muestras de carne de los comercios Mantequerías Leonesas y Alfaro, anque en un segundo análisis no se volvió a obserar esa presencia tóxica.
En ninguno de los casos estudiados, las concentraciones bacterianas suponen un peligro para el consumidor, pero sí son riesgos potenciales, susceptibles de evitar, señaló Higes.
En consecuencia y aplicando estrictamente la ley, el estudio concluye que 11 de las 23 muestras analizadas no son aptas para su venta.
CRITICA AL INFORME
Por otro lado, portavoces del ayuntamiento de Madrid criticaron hoy el informe realizado or la revista Ocu-Compra Maestra, alegando que desde el pasado mes de enero no se había encontrado ninguna anomalía de esa clase.
Sin embargo, José María Múgica respondió que el informe elaborado por el ayuntamiento madrileño y publicado en el libro: "El control sanitario de la distribución de alimentos de una gran ciudad", editado el pasado mes de abril, "es todavía más preocupante que nuestro estudio".
El trabajo que elaboró la casa consistorial madrileña establece como "no aptas para el consum humano el 65% de las 40 muestras analizadas, porque contenían una determinada bacteria", matizó Múgica.
A su juicio, la Administración debería llevar a cabo un mayor control sanitario sobre estas carnes, ya que "no tiene sentido que quienes elaboran una norma de calidad del producto, luego no controlen su aplicación".
(SERVIMEDIA)
26 Sep 1991
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