La citada fundación recoge las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística al respecto y recuerda que en 2012 murieron por ahogamiento en España un total de 438 personas (358 hombres y 80 mujeres) y que en 2013 perdieron la vida por la misma causa 422 ciudadanos (344 hombres y 78 mujeres).

El trabajo, titulado ‘Estudio sobre los ahogamientos y otros eventos de riesgo vital en el entorno acuático-marino’, lo han elaborado expertos en prevención de Fundación Mapfre, Fundación Universidad de A Coruña y la Asociación Española de Técnicos en Salvamento Acuático y Socorrismo (Aetsas).

Según sus conclusiones, entre un 14% y un 19% de los fallecidos por ahogamientos se producen en piscinas, lugares en los que, como en todos los demás de baño, debe vigilarse muy de cerca a los menores, ya que el informe apunta a que la mayoría de los que mueren en este entorno se bañan sin la supervisión de un adulto.

El estudio ha permitido recopilar y analizar información detallada en un total de 20 municipios colaboradores con playas que disponen de distintivo de bandera azul y con servicios de socorrismo a lo largo del verano de 2014 y concluir que por cada 39 sucesos de riesgo vital que ocurren en estas playas, uno acaba en tragedia y muerte.

Igualmente, señala que las horas a las que se producen más incidentes son entre las 12.00 y las 14.00 y entre las 18.00 y las 20.00, y que las edades con mayor número de accidentes son entre los cinco y los nueve años, entre los 20 y 24 y entre los 50 y los 54 años.

De los 51 sucesos ocurridos dentro del agua en el verano de 2014, nueve de cada 10 correspondieron a personas que estaban realizando ‘natación recreativa’ y el mayor número de incidencias se produjo mientras el baño estaba permitido (87%).

Además, el porcentaje más alto de situaciones de riesgo vital ocurrió en bahías tranquilas (37%), seguido de playas con oleaje (27%) y playas con corriente (20%).

Para prevenir este tipo de accidentes, Jesús Monclús, Director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación Mapfre, insistió como primera recomendación en no perder nunca de vista a los niños cuando están en el agua y, en el caso de piscinas privadas, en que se utilicen vallados perimetrales con cierres en las puertas y sin huecos por donde puedan acceder a ellas.

También indicó que son “medidas clave” bañarse acompañado, no alejarse de la orilla en espacios acuáticos naturales, mojarse antes de entrar al agua, evitar las comidas abundantes antes del baño, no hacerlo si se siente mucho frío o cansancio, pedir ayuda cuando se ve a alguien en peligro y recordar que el número de emergencias es el 112.

Igualmente, insistió en la importancia de sensibilizar a la población a través de acciones preventivas y material divulgativo.