Se trata del mismo mensaje que sorprendió a las autoridades en la ceremonia de inauguración del Carbon Expo 2015, cuando dos activistas desplegaron sendas pequeñas pancartas mientras hablaba la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, y ante la foto de familia presidida por el Rey.

Greenpeace denunció en un comunicado la “sumisión” del Gobierno a “los intereses de las compañías responsables del cambio climático” mientras los líderes políticos, empresariales y financieros continúan hoy reunidos en esta feria sobre emisiones de carbono en Barcelona.

"Los representantes del Gobierno y los líderes políticos tienen que dejar de escuchar a los que tienen sus negocios en el carbón, el petróleo, el gas y la energía nuclear, y aceptar que para evitar un cambio climático catastrófico hay que asumir compromisos de emisiones cero y un sistema energético 100% renovable para todos en 2050", declaró Tatiana Nuño, responsable de la Campaña de Cambio Climático de Greenpeace.

Con la proyección nocturna sobre las Torres Venecianas de la capital catalana, Greenpeace quiso reivindicar el fin del que denomina “monstruo de la energía”, conformado por “las principales empresas españolas que tienen sus negocios en las energías sucias y peligrosas, como Gas Natural, Repsol, Iberdrola y Endesa”. “Todas ellas y muchas más están presentes en la Carbon Expo y se esfuerzan en diluir su responsabilidad en el cambio climático con eufemismos como las ‘tecnologías bajas en carbono’”, apuntó.

CAMPAÑAS

Greenpeace ha lanzado una campaña de recogida de firmas de apoyo a un modelo energético 100% basado en energías renovables para “salvar el clima” (www.greenpeace.es/renovablesya). Además, invita a los ciudadanos a participar en cualquiera de los actos que tendrán lugar el próximo sábado. 30 de mayo. en más de una decena de ciudades de España bajo el lema ‘Despierta para salvar el clima. Renovables YA’.

La organización destacó que el próximo diciembre tendrá lugar la cumbre del clima de París, en la que los gobiernos de todos los países deben llegar a un nuevo acuerdo climático internacional que garantice que la temperatura media de la superficie terrestre no llegue a subir 2ºC respecto a los niveles de la era preindustrial.