Casi 110.000 burundeses han huido de la violencia y la crisis política de su país desde el pasado mes de abril y han encontrado refugio en Ruanda, Tanzania y la República Democrática del Congo, cifra que podría duplicarse en los próximos seis meses.

De ellos, unos 64.000 han huido a tierras tanzanas, pero en el área de Kagunga (frontera noroccidental de Tanzania con Burundi) ha surgido un brote de cólera que amenaza a los refugiados, según Acnur.

De hecho, esta enfermedad ha matado a 31 personas, 29 de ellas refugiadas. “La situación empeora. Hasta la fecha tenemos 3.000 casos documentados, con un incremento de 300 a 400 nuevos casos diarios, particularmente en Kagunga y áreas cercanas”, aseguró Adrian Edwards, portavoz de Acnur.

Además, Christophe Boulierac, portavoz de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) mostró su preocupación por el hecho de que cerca de la mitad de los refugiados burundeses son niños.

Por ello, Acnur inició hoy un operativo especial para proteger y ayudar a hasta 200.000 refugiados de Burundi, para lo cual espera recaudar 207 millones de dólares (unos 187,6 millones de euros).

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterres, aseguró que "Burundi no necesita otra crisis", en referencia a la guerra civil que esa nación sufrió entre 1993 y 2005, y pidió la solidaridad de los países vecinos y el apoyo de la comunidad internacional.

El cólera se transmite a través de la contaminación del agua potable y de los alimentos. Acnur señaló que, aunque se necesita una evaluación epidemiológica para esclarecer el origen del brote, las condiciones de hacinamiento e insalubridad en Kagunga y el consumo de agua del Tanganica pueden estar detrás del brote, mientras que las agencias humanitarias temen un empeoramiento de la situación, máxime teniendo en cuenta que el cólera es endémico a orillas del lago.