El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, explicó ayer la propuesta del Gobierno de este país de poner en marcha el permiso de residencia por puntos, que obligará a los extranjeros a superar diversas pruebas (conocimiento del idioma y de la Constitución, no haber cometido delitos, trabajar con contrato, etc...) para residir legalmente en el país.

El presidente de Atime, Kamal Rahmouni, señaló, en declaraciones a Servimedia, que esta idea sirve "más de cara al debate mediático que otra cosa" porque, a su modo de ver, "la inmigración no se puede plantear en esos términos".

"Es un absurdo. ¿De qué estamos hablando? ¿De ciudadanos de primera, de segunda y de tercera? Esto no tiene ni pies ni cabeza. La integración es otra cosa que acumular puntos y viola los derechos fundamentales de las personas", añadió.

Por su parte, el portavoz de la hispanoecuatoriana Asociación Rumiñahui, Raúl Jiménez, rechazó el carné por puntos o el "contrato de integración" al que el presidente del PP, Mariano Rajoy, se comprometió ante las elecciones generales de 2008.

"En el proceso de integración de cada persona está el darse cuenta de que llega a un país en el que tiene que hablar el idioma o escolarizar a los hijos", apuntó.

Para Jiménez, el carné por puntos no sirve "para controlar, sino para perseguir" a los inmigrantes. "Si alguien comete un delito, el castigo ya lo marcan las leyes, sea inmigrante o español. No nos parece razonable que se intente controlar de esta manera la inmigración cuando todos sabemos cuál es la situación en Italia, donde lo que se intenta es perseguir a los inmigrantes", apostilló.

Jiménez recalcó que estos proyectos son "bastante demagógicos" e "intentan causar una alarma social". "Las políticas migratorias tienen que apuntar más a tratar de dar facilidades a los extranjeros para que puedan ser beneficiarios de los servicios sociales, trabajar en las mismas condiciones que una persona nativa y, por supuesto, cumplir las leyes", concluyó.