En su intervención en el debate de investidura, Moreno expresó su compromiso a “hablar con todos y de todo” y a apoyar todo lo que sea positivo para los andaluces, pero avisó de que “nadie está legitimado para utilizar las instituciones andaluzas para otra cosa” e interpretó que “algo debe estar haciendo mal” Díaz cuando todos los grupos de la oposición van a votar esta tarde en contra de su investidura.

Para el portavoz popular, Díaz ha perdido su credibilidad porque antepone sus intereses personales, como cuando adelantó las elecciones por cálculo electoral. Ahora, indicó, pretende que el resto de grupos solucionen el problema que ella creó, y para eso les ofreció ayer “un gazpacho con demasiados ingredientes” que “no gustó a nadie”. Allí, dijo propuso 18 leyes que son incumplimientos de propuestas anteriores y 11 medidas que son de competencia estatal.

Sobre esto último, Moreno le preguntó si lo ha consultado con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que está negociando algunas con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, o “va por libre”. E interpretó que Díaz “sigue teniendo su cabeza en Madrid”, con “demasiadas referencias” al Gobierno central.

El portavoz popular se reafirmó en no presentar candidato alternativo a Díaz y le preguntó si hará lo mismo ante las próximas elecciones municipales si el PSOE no es la lista más votada. También le criticó que ahora defienda que gobierne la lista más votada cuando calificó de “oportunista y tramposa” la intención del Gobierno central de establecerlo para los ayuntamientos.

Moreno presentó al PP como la única alternativa a las políticas del PSOE y en este sentido propuso reducir progresivamente hasta eliminarlos los impuestos de donaciones y sucesiones y publicar las relaciones contractuales de las mujeres de altos cargos del Gobierno andaluz con empresas adjudicatarias de contratos públicos, porque es el Ejecutivo, no el Legislativo, quien gestiona los recursos.

Sobre corrupción, le invitó a crear comisiones de investigación sobre el fraude en los cursos de formación, y advirtió de que el que el expresidente de la Junta José Antonio Griñán abandone ahora la política no limpia lo pasado.

Pidió también a Díaz ni un recorte más en educación, sanidad y servicios sociales; que cree un fondo de emergencia social que gestionarían los ayuntamientos, que empiece a devolver a los funcionarios la paga extra retenida en diciembre de 2012 y aceptó el pacto contra violencia de género propuesto ayer por Díaz aunque, dijo, ella se lo rechazara en septiembre.

RESPUESTA DE DÍAZ

Díaz contestó a Moreno que veía en sus palabras “la sombra del batacazo” del 22 de marzo y que cómo se atrevía a echarle en cara pérdida de credibilidad cuando el PP con él ha perdido 17 escaños. Matizó también que ella nunca exigió que gobernara la lista más votada, sino que siempre dijo que una mayoría parlamentaria alternativa era igual de legítima.

Así justificó, por ejemplo, el pacto de gobierno de Griñán con IU, y admitió que en 57 ayuntamientos andaluces un acuerdo PP-IU ha descabalgado al PSOE mayoritario. Por eso, le pidió que no bloquee la formación del nuevo gobierno. Moreno y Díaz se tendieron recíproca y retóricamente la mano para llegar a acuerdos

La presidenta andaluza rechazó eliminar el impuesto de sucesiones y donaciones porque quien recibe una alta herencia tiene que contribuir por ella. También reiteró su crítica a la reforma de la ley electoral que propugnaba el PP recordando que ella defiende, no que la lista más votada reciba un plus por serlo, sino que se elija al presidente o alcalde en una segunda vuelta.

Díaz insistió en defender como “un paquete muy ambicioso” su conjunto de medidas contra la corrupción y justificó sus propuestas de blindar la sanidad pública y reforzar la educación y las finanzas municipales como una forma de compensar los recortes del Gobierno central del PP. Finalmente, acusó a Moreno de ser como “el perro del hortelano” porque ni va a gobernar ni quiere dejarla a ella hacerlo con el voto en contra a su investidura.

En su réplica, el presidente del PP andaluz convirtió su supuesto síndrome de la derrota electoral en síndrome de Díaz por haber perdido los debates televisados de la campaña y el apelativo de “perro del hortelano” en “bombero pirómano” dirigido a la presidenta por haber convocado las elecciones para lograr una estabilidad que al final se ha quedado en “el peor resultado del socialismo en los últimos 33 años”.

Retó a Díaz a construir una alternativa de gobierno y para ello ceder y no aislar al PP como supuestamente hizo al negarle un segundo miembro en la Mesa del Parlamento. Le echó en cara el “aforamiento exprés” de cuatro implicados en fraudes en la última sesión de la legislatura terminada, le calificó de “gran ilusionista” que al final sólo ha generado desconfianza en todos los grupos.

Díaz le replicó otra vez los 17 escaños perdidos por el PP en las elecciones autonómicas, justificó la tasa de desempleo arrastrada por su gobierno por que Andalucía tiene un paro estructural y, como al resto de grupos, le recordó que para ejercer de oposición era necesario la formación de un nuevo gobierno, asegurando que retrasarla era tacticismo, parálisis y boicot a las instituciones.