Para ello, la empresa ha adoptado medidas para minimizar su huella de carbono y residuos durante los Juegos, que ha desarrollado con la ayuda de WWF Canadá y la Fundación David Suzuki, organización canadiense dedicada la protección del medio ambiente.

Entre ellas, embotellar sus refrescos en envases fabricados con materiales ecológicos, distribuirlos utilizando vehículos híbridos y eléctricos y almacenarlos en refrigeradores eficientes en consumo energético.

Después de los Juegos de Invierno, los envases desechados se reciclarán para confeccionar prendas, que se donarán a una residencia para personas sin hogar.

Asimismo, Coca-Cola ha comprado créditos para compensar las emisiones de CO2 generadas por el transporte de sus productos y los vuelos que utilizará el personal que desplazará entre Atlanta y Vancouver.