En una entrevista concedida a Servimedia, Garzón dejó clara su posición en ese sentido: “Lo que hay que tener muy claro es que no voy a apoyar a Manuela Carmena. No voy a apoyar a Ahora Madrid porque no es mi proyecto político, pero en la medida en que Izquierda Unida federal no reconoce la candidatura de Raquel (López), tampoco podré hacer campaña por ella, porque evidentemente tengo que ser disciplinado al margen de mi propia opinión personal del caso”.

Aseguró, sin embargo, que sí hará campaña por el candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Luis García Montero, al que ha mostrado todo el apoyo, y que estará “en todos los lugares donde los compañeros me digan”.

Valoró la trayectoria “de compromiso social muy notable” de Raquel López y su “excelente trabajo” como concejala, pero se mostró “disciplinado” con la decisión de la Presidencia Federal de la coalición de no reconocer su candidatura.

Esa disensión interna entre la dirección federal y la regional, añadió, debe quedar “aparcada” hasta después de las elecciones, porque lo importante es “transformar Madrid y evitar que la candidatura más reaccionaria, que es la de Esperanza Aguirre, pueda imponerse” a las fuerzas progresistas.

También tiene “muy buenas referencias” de Manuela Carmena y de otras personas que integran la candidatura de Ahora Madrid, entre ellas algunas que formaban parte de IU, como Mauricio Valiente, pero subrayó que también hay quienes “no pertenecen a mi proyecto político”.

Además, aunque “toda candidatura de unidad popular si está bien tejida es un instrumento útil para transformar la sociedad”, en el caso de Ahora Madrid se mostró abiertamente “crítico” con el procedimiento de sus primarias, porque cree exigible “más rigor y más precisión a la hora de establecer las metodologías”.

Sin embargo, reconoció que son detalles “secundarios” frente al “enorme reto” de ganar en Madrid. Considera “una lástima que no se haya llegado a una única candidatura de la izquierda alternativa”, pero una vez que las cosas son así “hay que aceptarlo con normalidad”, y se mostró “convencidísimo” de que, en todo caso, esas fuerzas de izquierdas “después de las elecciones van a trabajar juntas”.

“No sé si hay voluntad” por parte de los demás de sumar fuerzas, “pero lo que sí hay es necesidad” de hacerlo porque está en juego “un nuevo orden social, una nueva forma de entender los servicios sociales” y el objetivo de “paralizar el proceso de regresión social que quiere empujar la derecha”.

Por ello, “me gustaría que las fuerzas a la izquierda del bipartidismo, e incluso en muchas ocasiones el Partido Socialista, que está conformado por gentes de izquierdas en muchos municipios, hagan un frente común para la defensa de los servicios públicos y de derechos sociales conquistados”. No hacerlo sería “un grave error histórico”.

Garzón considera que lo que ocurre en Izquierda Unida en Madrid es el reflejo más claro de un momento “convulso, turbulento”, en el que las encuestas cambian todas las semanas, y “se han acabado todas las certezas”.

De hecho, cree que ese abanico “enormemente amplio” ha quedado demostrado en las elecciones autonómicas en Andalucía, donde además las fuerzas emergentes, como Podemos y Ciudadanos no han querido “sacar la patita para mostrar sus intenciones” por lo que no hay “pistas” de posibles alianzas futuras.