Tras la declaración de los exconsejeros José Antonio Viera y Gaspar Zarrías, de los expresidentes de la Junta José Antonio Griñán y Manuel Chaves y de Mar Moreno, se cierra la ronda de comparecencias en el Supremo de los aforados nacionales, tras la cual el magistrado deberá decidir sobre su imputación en el caso.

Al término de su declaración, Moreno recordó a los periodistas que desde que su nombre apareció en la exposición razonada que la jueza Mercedes Alaya remitió al Supremo, no ha hecho ninguna declaración, y “no quería hacerlas antes de tener ocasión de comparecer voluntariamente ante la Justicia, como acabo de hacer”.

“Estoy razonablemente satisfecha”, aseguró a los periodistas. “Es imposible estarlo del todo pasando un trance de este tipo para una persona pública”, aunque confía en que haya quedado “bastante acreditada mi absoluta falta de relación temporal, material y competencial con este caso”.

En consecuencia, la exconsejera tiene “plena confianza” en el pronunciamiento de la Justicia, teniendo en cuenta que en una democracia “tan importante es castigar los delitos y perseguir a los culpables como defender el honor de los inocentes”.

A diferencia de los cuatro aforados que han declarado en el Supremo antes que ella, su comparecencia ante el juez ha sido mucho más breve. Fuentes jurídicas aseguraron que se ha limitado a asegurar que no conocía la información que se despachaba en los llamados `consejillos´ y no tuvo acceso a los informes de la Intervención de la Junta.

Según ha declarado, esos informes nunca pasaron por sus manos y, en cualquier caso, ha dicho, si hubiera tenido conocimiento de que el procedimiento era ilegal hubiera manifestado su opinión en contra.