En la obra, el periodista asturiano cuenta sus vivencias en el Mundial de Automovilismo durante los once años que lleva cubriéndolo.

"Con este libro he pretendido contaros desde dentro, desde muy cerca, la era en la que Alonso se convirtió en el jefe, en el número uno”, afirma Lobato. “Esos años mágicos que tuve la fortuna de compartir, de sentir y de hacéroslos sentir a todos vosotros. Una época que, sin duda, cambió la vida de Fernando, pero también la mía. Y, por supuesto, os cambió la vida a vosotros, porque el éxito de Fernando Alonso os hizo apasionaros por un deporte que antes la mayoría desconocía".

Lobato evoca por ejemplo cómo fue su primera vez con Alonso, autor del prólogo del libro: "No hablaba mucho, costaba sacarle las palabras, pero a pesar de esa manifiesta timidez e introversión había algo en él que llamaba la atención. Miraba a los ojos cuando hablaba y daba la sensación de estar escaneando a todos los que tenía a su alrededor. Fuese lo que fuese, en ese momento me di cuenta de que tenía delante de mí a alguien especial. Pueden llamarlo aura o como quieran, pero ese chaval de veintiún años, que soñaba con ser campeón del mundo de Fórmula 1, desprendía un campo de energía descomunal".

La personalidad de Alonso impregna todo el relato del libro, así como su talento para conducir monoplazas ha marcado lo que va de siglo XXI en la Fórmula 1. También hay sitio para contar cómo es hablar de este deporte en televisión, y lo que han significado la retransmisiones del equipo de Lobato para el medio.

"Con un equipo modesto y un presupuesto pequeño, habíamos recurrido a la imaginación, a la pasión, a la complicidad con Fernando para lograr ese pequeño gran milagro. Juntos conseguimos captar la atención de todos: niños, mayores, hombres, mujeres. Gentes de todas las clases sociales, de todas las regiones de España habían parado su vida cada domingo para disfrutar de este deporte".

Lobato también habla de la conciliación con su vida familiar, de los viajes y de las horas de soledad: "En la Fórmula 1 no importa a qué te dediques. Piloto, mecánico, periodista, ingeniero, administrativo, responsable de marketing, de catering, azafata, técnico, comisario, fotógrafo, productor, representante...: todos en ocasiones nos sentimos muy solos".

En el prólogo, Fernando Alonso asegura que "si echase la vista atrás, como ha hecho Antonio, tropezaría con recuerdos como los suyos; quizá no serían iguales, pero sólo porque los vivimos desde posiciones distintas. Pocas personas, menos de las que podría parecer, han estado desde 2004 en cada una de las carreras de F1 que se han disputado hasta el día de hoy".

"Algunas veces", añade el piloto, "tratando de rememorar tal o cual carrera, tenemos que recurrir a recordar las cosas que teníamos alrededor: dónde cenamos aquel día, con quién nos encontramos, quién vino a ver la carrera. Alrededor de cualquier resultado hay muchas, muchísimas historias y anécdotas: hechos que no se hacen públicos, que no sirven para llenar páginas de periódicos, que no son motivo de discusión o controversia. Esos hechos, los de la vida alrededor de los resultados, son los que ha traído Antonio a estas páginas. Seguro que, aunque nuestros recuerdos no sean iguales, sí lo serán las sensaciones del largo camino que hemos recorrido juntos".