Al Hussein consideró “particularmente preocupante” la situación de estas personas, ya que hay informes que hablan de “tortura sistemática y generalizada y otros malos tratos, así como de terribles condiciones de detención”.

La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos señaló en un comunicado que activistas, abogados y defensores de los derechos humanos, que ya eran vulnerables antes del conflicto en Siria, han sido “blanco especial” de las detenciones.

Por ejemplo, tres destacados miembros del Centro Sirio de Medios y Libertad de Expresión (Mazen Darwish, Hani al-Zaitani y Hussein Gharir) fueron detenidos hace tres años, exactamente el 16 de febrero de 2012, por “difundir actos de terrorismo”. En los primeros nueve meses estuvieron en paradero desconocido y el pasado mes de enero se aplazó su juicio por sexta vez sin nueva fecha de audiencia.

“Los cálculos del número de personas en Siria que han sido apresados en instalaciones gubernamentales desde las primeras protestas en Daraa en marzo de 2011 van desde decenas de miles a cientos de miles”, afirmó Al Hussein.

El Alto Comisionado recalcó que las fuerzas de seguridad de Siria “son conocidas por detener a personas en puestos de control, redadas, incursiones militares y cuando las personas están en instalaciones del Gobierno por razones administrativas, como la inscripción de un nacimiento o acceder a los servicios sociales”. “Con demasiada frecuencia, la detención puede llevar a la desaparición forzada o a la detención prolongada y arbitraria”, apuntó.

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Al Hussein subrayó que, en muchos casos, estas personas se encuentran en régimen de incomunicación “durante semanas o meses”, lo que consideró “particularmente preocupante dado el historial del Gobierno sirio de tortura y malos tratos a los detenidos, lo que ha sido documentado antes y durante el conflicto”.

Además, indicó que las milicias aliadas con las fuerzas gubernamentales también han creado sus propios puestos de control en diferentes partes de Siria y se han involucrado en el secuestro de activistas y defensores de los derechos humanos.

Varios informes de la ONU recogen “un amplio patrón de tortura y malos tratos” en centros de detención en las agencias de inteligencia, las cárceles y los hospitales militares. “La tortura es común en los primeros días o semanas de detención y se utiliza para obtener información, intimidar a los detenidos u obligarles a firmar confesiones falsas. También hay relatos de muertes de detenidos debido a la tortura y a condiciones de vida atroces”, añadió la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

"Insto al Gobierno sirio que libere inmediatamente a todos los que han sido encarcelados por expresar pacíficamente sus puntos de vista y a que asegure que todas las personas detenidas tienen plenamente reconocidos sus derechos a un debido proceso", concluyó Zeid.